Una historia trágica en las faldas del Himalaya
Finales del siglo IX, en las cordilleras del Himalaya, un grupo de casi seiscientas personas camina a más de 5000 metros de altura por un paraje helado y alejado de las rutas conocidas. Bajo la ladera se divisa un pequeño lago glaciar. Las condiciones son duras, el frío es extremo y avanzar por la nieve cuesta cada vez más, nadie en el grupo sospecha que en breves instantes una tremenda granizada acabará con todos ellos y que el pequeño lago que se encuentra a sus pies se conocerá años después como “el lago de los esqueletos”, siendo sus propios huesos los que darán nombre a este lejano lugar.
Se calcula que los huesos de casi seiscientas personas descansan en las laderas, borde y fondo del lago y que todos murieron en un breve periodo de tiempo por la tormenta de granizo. Durante el paso de los años, los corrimientos y desprendimientos de nieve han ido deslizando los cadáveres hasta el lago, pero los expertos opinan que murieron en la parte más alta de la ladera. Durante la mayor parte del año, los restos están cubiertos por la nieve y el hielo y solo durante un breve periodo del año, durante el deshielo, se dejan ver los esqueletos diseminados por los alrededores.
Nadie sabe qué hacía un grupo tan numeroso de personas en un lugar como ese, de donde venían, ni hacia donde se dirigían, ya que en aquella época no había ninguna ruta conocida hacia Nepal en aquel lugar.
En la actualidad se celebra un culto en el lago que tiene lugar cada doce años, en el que los fieles se bañan en sus aguas y honran a los que allí perdieron la vida.
Posiblemente esta información pueda ser considerada como poco o nada paranormal, sin embargo es una forma de evidenciar esas cosas fuera de lo común que suceden en el mundo, adicionalmente con esta publicación se busca recordarnos la fragilidad de la vida y desde luego de la existencia y lo fugaz de nuestra vida.
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