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jueves, 5 de diciembre de 2013

Huellas de antigua explosión atómica en India





En Rajasthan (India) se encuentra una zona en la que se aprecian cenizas y un alto grado de radiactividad, cubre un área total de unos diez kilómetros cuadrados, se encuentra a unos 18 km al oeste de Jodhpur. Los científicos están estudiando el lugar, en dicha zona pensaban construir viviendas.Desde que se tiene memoria, en aquellos lugares se ha apreciado una tasa muy alta de malformaciones en los fetos y en los recién nacidos, aparte de presentar una tasa muy alta de cáncer en la zona. Ahora se ha conocido el por qué, los niveles de radiación registrados por los investigadores ha llevado a ordenar el aislamiento de la zona por parte de las autoridades indias .Los científicos han descubierto en aquel lugar una antigua ciudad, y misteriosamente todo el problema cuadra perfectamente con una explosión atómica que se produjo hace aproximadamente entre 8000 a 12.000 años, que destruyó la mayor parte de los edificios y que probablemente mató a medio millón de personas.


Uno de los investigadores estimaron que la bomba nuclear utilizada debió ser similar a las utilizadas en Japón en 1945.En el Mahabharata podemos encontrar el relato de una explosión catastrófica que sacudió el continente.“Un solo proyectil cargado con todo el poder del Universo … Una columna incandescente de humo y llamas, brillante como 10.000 soles, se elevó en todo su esplendor … un arma desconocida, un rayo de hierro, un gigantesco mensajero de la muerte que redujo a cenizas toda una raza.”“Los cadáveres estaban quemados, irreconocibles. Se les cayo el pelo y las uñas, la cerámica se rompió sin causa aparente, y los pájaros se volvieron blancos.”“Después de unas horas se infectaron todos los alimentos. Fuera de ese fuego, los soldados se arrojaron al río”.El historiador Kisara Mohan Ganguli dice que los textos sagrados hindúes están llenos de esas descripciones, que suena, aunque algunos no lo vean así, como una explosión atómica, similar a la experimentada en Hiroshima y Nagasaki. Una antigua batalla descrita en el Drona Parva, una sección del Mahabharata.“El pasaje habla de una guerra con un final en el que se hacen uso de bombas, de ejércitos diezmados, de la muerte de multitud de guerreros con sus caballos y elefantes, dinamitados como hojas secas de los árboles”, comenta Ganguli.“En lugar una gran nube con forma de hongo, el escritor describe una explosión en columnas verticales, con nubes de humo, como la apertura de un paraguas en una fila superpuestos unos a otros y con el mayor en la base.”El arqueólogo Francis Taylor dice que las representaciones en bajorrelieve de algunos templos cercanos, que él mismo ha traducido, sugiere la necesidad de orar para detener la fuerza de la gran luz que estaba trayendo la ruina a la ciudad. “Es bastante increíble pensar que alguna civilización a poseyera tecnología nuclear antes que nosotros, pero las descripciones y la presencia de cenizas radiactivas aportan credibilidad a los registros antiguos que describen una guerra atómica.”La construcción de viviendas en la nueva zona ha sido detenida, mientras tanto un grupo de cinco miembros se están encargando de la investigación.


El jefe del proyecto es Lee Hundley, que es el que se hizo cargo del caso cuando el alto nivel de radiación fue descubierto. Existe por lo tanto, una fuerte evidencia de que el imperio de Rama (actual India) fue devastado por una guerra nuclear. El valle del Indo es ahora el desierto de Thar, y el lugar de las cenizas radiactivas, se encuentran al oeste de Jodhpur. Unos textos del Mahabharata del 6500 AC, relatan lo siguiente: Un solo proyectilcon la carga de la energía del universo.Una columna incandescente de humo y llamas se levantabrillante como mil soles crece con gran esplendor …Una explosión vertical con grandes nubes de humo que salían …La nube de humo, se levantó después de la primera explosión ,abrió sus puertas en ondas circulares,como la apertura de un paraguas …Era un arma desconocida un rayo de hierro un gigantesco mensajero de la muerte,que redujo a cenizas toda la raza de Vrishni y Andhaka.Los cadáveres estaban tan quemados que era imposible reconocerlos.Pelo y uñas les cayeron ; la cerámica se rompía sin causa aparente,y los pájaros se volvieron blancos. Después de unas horas todos los alimentos estaban infectados. Para salir del fuego los soldados se lanzaron en los arroyos para lavarse junto a su equipo.Hasta que el bombardeo de Hiroshima y Nagasaki, el hombre moderno es imposible que pudiera imaginar que existiera un arma tan terrible y devastadora como las descritas en los antiguos textos indios. Sin embargo, estos están describiendo con gran precisión los efectos de una explosión atómica.


El envenenamiento radiactivo que ocasiona la caída del pelo y las uñas. El sumergirse en el agua les da un cierto alivio, aunque evidentemente no es la cura.Cuando se procedió a realizar las excavaciones de Harappa y Mohenjo-Daro alcanzado el nivel de las calles de la ciudad, se encontraron cientos de esqueletos esparcidos por la ciudad, como si hubieran estado todos realizando sus tareas cotidianas y algo horrible hubiera ocurrido en un solo instante. La gente estaba muerta sin enterrar en las calles de la ciudad. Estos esqueletos tienen miles de años, así lo han determinado los arqueólogos. Los cuerpos no se descompusieron, no fueron comidos por los animales salvajes, no existen pruebas de muerte violenta, todo sucedió en un instante.Todos los esqueletos presentan altos indices de radiactividad, como los de Hiroshima y Nagasaki. En uno de los lugares, los científicos soviéticos encontraron un esqueleto que tenía un nivel de radiactividad 50 veces superior a lo normal. En otras ciudades en el norte de la India se han encontrado indicaciones de explosiones de gran magnitud. Una ciudad como, la que se encuentra entre los ríos Ganges y las montañas de Rajmahal, parece haber sido sometida a un calor intenso. Los cimientos y las paredes de la antigua ciudad SSON se encuentra fundida en bloques compactos, literalmente vitrificados. No se han encontrado indicios de una erupción volcánica en Mohenjo-Daro ni en las otras ciudades, el intenso calor capaz de fundir el barro sólo puede explicarse por una explosión atómica o un arma desconocida. Las ciudades fueron eliminadas por completo.











miércoles, 4 de diciembre de 2013

¿Predijo Parravicini la venida de The Hum (El zumbido)?

En los últimos días The Hum (el zumbido) a vuelto a las andanzas.


¿El zumbido y Parravicini, mera coincidencia o una profecía más que acierta el profeta argentino?
¿El pintor y profeta Benjamín Solari Parravicini, vio los extraños sonidos que desde el 2010 están afectando a varias partes del planeta, también llamados sonidos del Apocalipsis?

Dos psicografías hacen referencia exacta de este fenómeno que hasta el momento muchos científicos y conocedores del tema no han podido dar una explicación de su origen.


Benjamín Solari Parravicini dice:
Ruidos!
- Ruidos en las entrañas del mundo.
- Ruidos en su cobertura.
- Ruidos en los hombres.
- Porque es la fase diez.
¡en el castigo!


Ya el ruido ensordece al hombre – al mundo que cae -

- Ya el frío le congela.
- Ya el humo le asfixia.
- Ya la niebla le confunde.
- Llega el fuego.











Las leyendas de Paititi y El Dorado.



En 2001 Mario Polia, arqueólogo italiano, investigando en los archivos del Vaticano encuentra una carta fundamental para resucitar la leyenda de El Dorado. Se trataba de un manuscrito de mediados del siglo XVI del jesuita español Andrés López. En esta carta se relata un viaje a pie de 10 días de duración que los incas realizaban entre Cuzco y Paititi, un reino o una ciudad donde había más oro que en Cuzco. Junto a ese manuscrito se hallaba la autorización papal para evangelizar Paititi por parte de los jesuitas, aunque éstos nunca dieron más pistas de la localización exacta para evitar la “fiebre del oro”.

Esta famosa fiebre había derivado en una persecución desenfrenada de los conquistadores españoles de cualquier vestigio de oro. Francisco Pizarro, un excuidador de cerdos extremeño, había llegado a Cajamarca (Perú) en 1532 y comenzó  el saqueo del imperio Inca. El abundante oro sólo se empleaba para elementos decorativos y parecía inagotable. De hecho, Pizarro ejecutó a Atahualpa (el último Inca, nombre que ostentaba el soberano) aún habiendo recibido el rescate por éste, que consistía en una habitación de 6 por 4 metros llena de oro y otras dos de plata. Puestas así las cosas, ante los requerimientos de los conquistadores sobre la procedencia de tanto oro, los incas siempre respondían que se encontraba “más allá” de cualquier ciudad donde se presentaban los ambiciosos guerreros. No sé si por ser cierta la afirmación o para
quitárselos de encima. El caso es que nace la leyenda de El Dorado, una hipotética ciudad llena de oro, tal y como se habían encontrado en Cuzco, por ejemplo, el templo de la korikancha, con muros en piedra chapados en oro con hornacinas donde se ubicaban las macizas y pesadas estatuas del precioso metal.

A lo largo de los siglos, muchos han sido los arqueólogos, exploradores y buscadores de fortuna que han fallecido en su intento de encontrar El Dorado. Los supervivientes nunca dieron con su paradero. Hoy en día ya no es la sed de oro la que guía a los nuevos descubridores, pero el revulsivo de la localización de la mítica ciudad se ha visto impulsado por ese reciente descubrimiento de la carta del siglo XVI. Se sabe que en el fondo del lago Titikaka se encuentran tesoros arrojados por los incas antes de su caída en manos españolas, pero la dificultad de bucear allí probablemente los deje a perpetuidad en su fondo. Sin embargo ese no es el lugar histórico para ubicar la ciudad dorada. Puede que El Dorado no existiera, pero lo que sí estaba claro es que existía Paititi, al nordeste de Cuzco, y allí había más oro que en la propia capital del imperio incaico.

Paititi es considerado hoy el gran enigma arqueológico de Sudamérica. Hay una zona a la distancia descrita por la famosa carta (10 días de viaje a pie), en las selvas del río Madre de Dios, como la meseta de Pantiacolla, donde se ha descubierto lo que puede ser Paititi. En 1996, Greg Deyermenjian, descubrió las pirámides de Paratoari por esa selva y, a pesar de llegar a pie y sobrevolarlas en avioneta, no ha podido determinar si son construcciones naturales o artificiales por el extenso follaje que las recubren. Deyermenjian se está dejando la vida explorando Perú, obsesionado con Paititi de la misma manera que Hiram Bingham lo hizo con Vilcabamba pero descubriendo Machu Picchu. Sin embargo, fue en 2002 cuando un equipo internacional, guiado por la carta descubierta en el Vaticano un año antes, de treinta investigadores encabezado por Jacek Palkiewicz, quien tras dos años de expedición anunció el hallazgo de la ciudad inca de Paititi. Ésta se encuentra en una zona colindante con el parque nacional del Manu, entre los departamentos del Cuzco y Madre de Dios, justo a 10 días de camino de Cuzco.

En el siglo XVII la leyenda sobre Paititi la situaba bajo una laguna, en una meseta de 4 kilómetros cuadrados y cubierta totalmente de vegetación. Hasta ahí llegó este equipo internacional, descubriendo con sus georradares un importante entramado de cavernas y túneles bajo la laguna. Pero no se ha encontrado ningún tesoro.

Mientras tanto, Gregory Deyermenjian y su inseparable Paulino Madani, siguen recorriendo después de dos décadas la meseta de Pantiacolla, justo en los límites del imperio inca, obteniendo el mérito de haber descubierto en 2006 los asentamientos más lejanos hasta ahora identificados de los incas, en el río Taperachi, al norte de Yavero.
Cinco siglos atrás el oro empujaba a arriesgar las vidas de los conquistadores. Hoy, exploradores y aventureros se siguen arriesgando no ya por el oro sino por la emoción y la gloria del descubrimiento; tal fue el caso de Lars Hafksjold, un antropólogo noruego que en 1997 desapareció en las aguas del río Madidi. Unos misterios se van resolviendo pero bajo la selva amazónica seguirá existiendo algo escondido, esperando a que unos aventureros lo saquen a la luz.