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martes, 5 de noviembre de 2013

The Holders Nº 14




The Holder of the Adversary (El Portador de la Adversidad)

En cualquier ciudad, en cualquier país, aventúrate a través de las carreteras y calles solitarias de los barrios bajos, o “la parte mala de la ciudad”. Si te cruzas con un hombre desarreglado llevando una botella de licor en una bolsa de papel, con su camisa empapada en sudor y sus pantalones enlodados, no tengas miedo de preguntarle si conoce a alguien que se haga llamar a sí mismo “The Holder of the Adversary”.

Más que gustoso, sonreirá como si te conociera, como un viejo amigo con el que compartes una broma interna. No te alarmes; el hombre conoce a quien estas buscando. El menos afortunado de nosotros parece saber de estas cosas. Te guiara a un acceso y casualmente resbalara en el metal con sus botas mugrientas. Echándote una pequeña linterna que alumbrara precariamente, te urgirá que bajes a la obscuridad.

Una vez dentro de las profundidades del sistema de alcantarillado, te darás cuenta de que no hay olor desagradable—ningún olor, de hecho. Pero, girando la linterna y mirando a tus alrededores, te darás cuenta de que estas en un cuarto redondo. En todas las paredes colgaran cuerpos parcialmente descompuestos, sus dueños por siempre suspendidos enun estado de medio-conciencia, sintiendo todo el dolor y horror de estar atrapados en sus cuerpos. Cuerpos tirados en el suelo, y te darás cuenta de que uno cercano te toca. Querrás alejarlo, pero de repente, el olor llega. Es lo más desagradable cosa que podrías haber imaginado: excremento humano y animal, sulfuro, cuerpos podridos, carne ardiendo.

Estarás momentáneamente paralizado por el horror de esto, y cuando te recuperes, haz lo que puedas para no vomitar. Un pensamiento aparecerá en tu cabeza: “Nosotros somos los restos de aquellos que no pudieron hacerle frente al Adversary” Tragaras saliva, asustado, mirando fijamente alrededor tuyo, buscando la fuente de la voz. Pero de repente, los cuerpos comenzaran a explotar, uno por uno, liberando más del horrible olor y bañándote en fluidos sangrientos y cosas gordas que quizá desconozcas.

Los cuerpos se fregaran en el piso, y lo que se alza fuera del verdoso enredo es una criatura de belleza pura. Entre hombre y mujer, depende de ti. No puedes sacar tu mirada de este vistoso y desnudo humano hasta que retrates un retrato de ti—el mejor que pueda haber. Confiado, sonriendo gentilmente, sonrisa paciente, tienen todo lo que tú desearías ser.

Serás llenado por un celo repentino, una ira total, una necesidad de destruir este perfecto tu. No lo hagas. Si lo haces, estarás perdido en la ira del Adversary—el eterno tormento del maldito que has atestiguado antes. Solo una pregunta viene a tu mente para preguntarle a la exquisita criatura: “Que podrían destruir?”

El Holder of the Adversary reirá melodiosamente, condescendientemente, y te explicara como si fueras un niño pequeño la respuesta a tu pregunta. No se salta ningún detalle, incluso el más horrible. Extrañamente, como sea, la historia es interesante y calmante de oír, y te encontraras absorbido en una fascinación de niño con el Holder. Asemejaras la historia del Holder a una que te conto un ser amado o un guía cuando eras pequeño, y sabrás que ahora tienes la llave para derrotar al Adversary—esa que el Maldito no pudo adquirir.

“¿Qué harás ahora, mi niño?” El Holder te preguntará, sonriendo placenteramente, mientras coloca un objeto en tu palma y cierra tu mano alrededor de él. “No debes abrir tu mano hasta que te liberes de este lugar”, dice el Holder, haciendo un gesto de adiós.

Una vez hayas escapado del alcantarillado, abre tus dedos, que sentirán extrañamente cadavéricos. Oirás el eco de el perfecto tu riéndose nadando alrededor tuyo mientras tu mires el objeto en tu mano. Es un muñeco de la armada de verde.

Este objeto es el 14 de 538. Eso entiendo como derrotar a tu más grande enemigo, y nunca debe ser permitido unirse al resto






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