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viernes, 8 de noviembre de 2013

The Holders Nº 24




El Portador del Color

En cualquier ciudad, en cualquier país, ve a cualquier institución mental o centro de rehabilitación a que tengas acceso. Cuando llegues a la recepción, pide visitar aquel que se hace llamar “El Portador del Color”. El guardia te mirará y mostrará una tímida sonrisa antes de darte la mano. Debes esperar exactamente ocho segundos antes de tomarla, o los colores mismos te negarán, y no podrás entrar.

El guardia se parará y te llevará a una celda, abriendo la puerta y haciéndote un gesto para que entres. Dentro de la celda encontrarás dos niños pequeños, ambos vestidos en sombras de gris y su piel parecerá como si todo color hubiese sido drenado de ella. Uno tiene el pelo largo y lleva un vestido blanco, mientras que el otro usa un traje negro y tiene el pelo corto. Sólo mira a los ojos al que está vestido de blanco, estos son normales, ya que los de quien viste de negro te llevarán a la locura. Cada uno llevará un guante y ambos te ofrecerán su mano. Toma sólo la mano con guante de cada uno, si tocas la piel del niño de negro tu carne será plagada con la peor agonía del universo, pero no morirás y él no te dejará huir; y si tocas al niño de blanco sentirás más placer del que jamás has experimentado, pero entonces, él retirará su mano y jamás volverás a sentir ese placer de nuevo sin importar cuanto lo intentes; Tu lujuria te matará.

Los niños se mirarán uno a otro y se inclinarán una vez, si sacuden sus cabezas cierra tus ojos y rápidamente di “Yo no soy lo que buscas, pero puedo cambiar las mareas”. Una vez digas esto ambos soltarán una risita y tirarán de tus manos, abriendo una trampilla en el piso de su celda y descenderán a la obscuridad. Los niños hablarán al unísono, presumiendo sin fin sobre su riqueza, todo lo que tienen. Te preguntarán muchas veces si tienes celos, cada vez debes responder simplemente “Sí”. Tu destino ahora está en las manos de esos niños.

Las escaleras por las que desciendes son largas y se harán cada vez más estrechas, hasta que finalmente un niño está delante y uno detrás. Si el niño de negro está delante considérate afortunado, la vida está a tu espalda. Pero si está detrás, tu muerte será agonizante y el pequeño te arrojará por las escaleras al abismo debajo.

Llegarás al final de las escaleras y ambos niños te empujarán hacia una gran puerta de vidrio. Ellos te mirarán fijamente, y lagrimas caerán por sus rostros; dirán que no pueden ir más adelante, y apuntarán hacia la puerta. Debes entrar.

El cuarto estará a oscuras, salvo por un rayo de luz dirigido al centro. Parada en la luz estará una mujer, muy parecida a los niños, completamente sin color. Su cabello y vestido llegarán al suelo, blancos como su piel. Sus ojos son completamente blancos, y estarán mirándote fijamente. Si te sonríe, la has divertido; iluminará el cuarto con su luz y te volverás uno de los cuerpos retorcidos que componen la colección bajo su suelo de cristal. Si ella te frunce el ceño, te dará la espalda e iluminará la parte del cuarto detrás suyo, despertando a otros 7 seres, un hombre cacareante que sólo viste de negro, un hombre llorando vestido de blanco, un hombre gruñendo con penetrantes ojos rojos, una mujer haciendo muecas que viste sólo pétalos rosados, una niña sin emociones envuelta en verde, un hombre de aspecto enfermizo con cabello de plata y un sonriente hombre cubierto en riquezas. Ellos serán tus jueces. Debes elegir a uno, a aquel que sientas que te hará justicia. Camina hacia él, preguntándole en tu camino “¿Cuándo te despojarán de esta tierra?” Si elegiste el color incorrecto, se parará y sonreirá, pronto te sentirás resbalando hacia la nada. Si escogiste el color correcto responderá con un chillido horroroso, apuntando asustado a la mujer en el centro del cuarto. Los otros te maldecirán en muchos lenguajes diferentes y sentirás que el penetrante dolor desgarra tu cuerpo. Pronto, el que has escogido avanzará para abrazarte y susurrarte al oído sus enfermizas historias, las historias de tu muerte, de la muerte del mundo cuando cada respiro se haya desvanecido. No te muevas.

Las maldiciones se detendrán, el cuarto estará iluminado y los siete seres estarán mirándote fijamente. Donde la mujer estaba habrá una pequeña pluma, como de una paloma, cambiando su color continuamente.

Esta pluma es el Objeto 24 de 538. Con ella puedes tomar lo que era de ellos para dar.





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