EL TITANIC:
En 1898, catorce años antes de la fatídica noche del hundimiento del transatlántico más famoso de todos los tiempos, se publica una obra literaria titulada “Futilidad”, escrita por el autor estadounidense Morgan Robertson. Esta novela corta, relata el naufragio del “ transatlántico más grande construido por el hombre”, el “Titán”. Este imaginario buque impacta contra un iceberg y se hunde en una noche de abril llevándose consigo la vida de la mayoría de sus pasajeros al no contar con el numero suficiente de botes salvavidas. Las coincidencias no terminan ahí pues Morgan Robertson parece que detalla, casi a la perfección, datos técnicos que se asemejan de manera sorprendente a los del “Titanic” real. El “Titán” se hunde una noche de abril, el Titanic se hundió el 10 de abril de 1912; el Titán comienza su viaje desde el puerto de Southampton, el Titanic zarpó desde la misma localidad inglesa (Southampton); el Titán pesaba 70.000 toneladas, el Titanic 60.000; la eslora del Titán era de 800 pies, la del Titanic era de 882.5 pies; la velocidad que podía alcanzar el Titán era de 25 nudos, la del Titanic también era, exactamente, de 25 nudos; el Titán contaba con tres hélices, las mismas que tenía el Titanic; el Titán podía transportar 3000 pasajeros, la misma capacidad que poseía el Titanic; en la novela, el Titán llevaba a bordo 2.000 pasajeros, el Titanic transportaba 2.230; el Titán contaba con 24 botes salvavidas, el Titanic real con 20; el Titán poseía 19 compartimentos estancos, el Titanic tenia 15; el Titán era empujado por la fuerza de 3 motores, el Titanic eran también arrastrado por 3 motores; el impacto del iceberg con el Titán se produjo por el lado de estribor, al igual que sucedió en la tragedia del Titanic; por último, el Titán naufragó a 400 millas de Terranova, el Titanic real zozobró, exactamente, a 400 millas de Terranova.
Lo más curioso o enigmático de todo el asunto es que Morgan Robertson declaró durante toda su vida que la inspiración para escribir la novela le había venido de un “colaborador astral” el cual le había revelado los detalles de la tragedia en un sueño premonitorio. Además, su novela comenzó a gestarse nueve años antes del comienzo de los trabajos de construcción del Titanic, incluso antes de su concepción como proyecto, por lo que Robertson no pudo inspirarse para escribir su obra en ninguna clase de información real, pues tampoco existía en la época ningún navío semejante.
La obra “Futilidad” podría considerarse como una de esas misteriosas premoniciones que acabaron convirtiéndose en realidad. Además también se dice que muchas de las personas que estaban a punto de embarcar en el famoso viaje inaugural del mítico transatlántico anularon sus reservas porque habían tenido similares premoniciones catastróficas sobre que el viaje del Titanic acabaría en tragedia.
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