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lunes, 30 de septiembre de 2013
LA KUNDALINI Y SU PODER LATENTE
Un poder oculto en nuestro interior
Desde hace más de mil años, en las religiones asiáticas se hablaba de una fuerza mística conocida como la "Kundalini". Muchos fueron los nombres que, a lo largo de los siglos, culturas y diversas tradiciones tanto orientales como occidentales, recibió esta avasalladora potencia energética que yace en la base de nuestra columna, esperando a ser despertada para abrirnos las puertas a un mundo de poder, emancipación y trascendencia: orgone, esprit, loosh, prana, elan vital y bio-electricidad, fueron, entre otros, algunos de los nombres con que se designó o aludió.
Según cuentan, el ascenso de la kundalini es como el de una "energía líquidamente magnética", que va subiendo por nuestra columna como si fuese una ola de electricidad y luz que nos recorre, haciéndonos sentir más como un ser de energía que como un ser de materia.
Los síntomas físicos que acompañan el proceso de su despertar no siempre son placenteros, pueden incluir movimientos involuntarios, zumbidos en los oídos, vibraciones u hormigueos en la cabeza, y otros muchos que más adelante se detallarán. Sin embargo, siempre debemos indagar si estos tienen una causa médica palpable, antes de creer que realmente estamos despertando a la kundalini.
Descripción clásica
Kundalini significa "enroscarse", significado este que metafóricamente alude al proceso de ascensión de la conciencia, que en términos de la Geometría Sagrada puede graficarse mediante una espiral que representa tanto los rizos del tiempo como el juego de polaridades en que nos movemos. En base a este sentido, dentro del Hatha Yoga y otras corrientes, la kundalini es simbólicamente descrita como una serpiente que yace enroscada en la base de la columna.
También conocida como "el fuego serpentino", la kundalini está aludida en el famoso Báculo de Hermes o Caduceo, ya que al subir describe una trayectoria semejante a dos serpientes entrelazadas. Por otra parte, no es fortuito que los médicos hayan adoptado el Báculo de Hermes como símbolo de su profesión, puesto que, aunque en la práctica muchas veces no se dé a causa de desequilibrios psíquico-emocionales, por esencia la kundalini siempre apunta a un proceso de crecimiento y de regeneración, de sanación en cierta forma.
Ahora bien, este reservorio de "energía creativa" que es la kundalini, ha sido descrita por Kashmir Shaivism como poseedora de tres aspectos o dimensiones distintas:
Primero, la para-kundalini o energía universal.
Segundo, la prana-kundalini o "función energizante del complejo cuerpo-mente"
Tercero, la shakti-kundalini o conciencia, que funciona como intermediadora entre los dos aspectos antes descritos de la kundalini
Por otra parte, desde que empezó a teorizarse sobre la kundalini, se señaló que ésta está vinculada a la energía sexual del individuo, en una dinámica tal que, cuando asciende, toma a la energía sexual y, a medida que va ascendiendo desde el primer chakra hasta el último, la va espiritualizando, refinando, transformando en una forma progresivamente más sútil y elevada de energía, que en su cúspide puede activar facultades paranormales como el poder para realizar viajes astrales, la capacidad telepática o la clarividencia.
La kundalini y nuestra conexión cósmica
La Kundalini puede ser despertada a través de la meditación Yoga —que incluye el Mantra Yoga, el Hatha Yoga, el Laya Yoga o el Kriya Yoga— y otras formas de meditación.
La energía que llega a través de la parte inferior del cuerpo es la llamada "Energía de la Tierra", vinculada al yo primitivo, al yo físico, que se conecta con los elementos de la Naturaleza y con ésta entendida holísticamente.
El cuerpo humano, en tanto cuerpo de energía, puede funcionar como un canal para la "Energía de la Tierra". Sin embargo, desde las primeras civilizaciones, el hombre ha mostrado un cierto temor y aprensión a conectarse con ese "allá arriba" que subyace a la posibilidad de vincularse espiritualmente con la Naturaleza. Vinculado a eso, desde nuestros primeros años mostramos un conflicto entre la curiosidad y el miedo. En este contexto, muchas personas aprendieron a volverse pasivas debido a algún trauma de infancia; o bien, en casos opuestos, a volverse determinadas y resueltas, mas la mayoría se fijó en algún punto medio.
Cuando alguien, durante un intervalo de meditación, reposo o acción enfocada, libera subitamente todas sus preocupaciones sobre las cosas de su vida que involucran la polarización y el conflicto, experimenta un considerable cambio energético que, en virtud de un dejar de lado compensaciones y bloqueos, le convierte en canal para que se manifieste el espíritu que permite la realización-expresión del verdadero ser. Es en ese momento cuando el "Alma de la Tierra" (la energía universal, el prana, etc) se fusiona con esa persona y le envía un tono energético que asciende por su columna hasta el chakra coronario, provocando, aunque sea momentáneamente, un contacto con la emancipación espiritual, o un avance hacia la misma, siempre con la implicación de lo que se podría denominar un "lapso de reconexión cósmica".
Evolución espiritual y crisis
Hay ocasiones en que las energías de la kundalini se activan con un golpe en la cabeza u otro incidente físico. Sea por ello, o porque el propio individuo busca (con meditación, yoga u otras prácticas) un despertar acelerado de la kundalini, despertarla muy pronto puede tener graves efectos emocionales, por lo que no se recomienda intentar despertar la kundalini a quien no ha alcanzado un cierto grado de equilibrio psicológico.
Según dicen muchos maestros espirituales, actualmente la Humanidad está atravesando por un período en que muchos individuos, sin buscarlo, experimentan un despertar de la kundalini, manifestado primordialmente en una especie de sed por lo espiritual y trascendente; sin embargo, si el individuo no escucha a su espíritu y se afana en aferrarse a una parte de sí que debe morir en aras de la evolución espiritual, no solo que tendrá crisis psicológicas (de depresión, de agotamiento, de hastío, de vacío existencial, etc) sino que incluso podría enfermarse físicamente... Dijo por ello un maestro: "Si no pueden aprender a seguir a su espíritu sin vacilar, entonces eventualmente terminarán siguiendo a su vacilación sin espíritu."
Y es que, para vivir en este mundo terrenal, dicen que cada uno de nosotros ha desarrollado "rúbrica energética", una frecuencia que representa la postura que tomamos respecto a cómo vemos al mundo, a nosotros mismos y a la vida en general. Y la rúbrica energética de cada uno comporta un conjunto de configuraciones, de sub-disposiciones (ligadas a todos los aspectos de nuestra personalidad) que, si tenemos que abandonar para que la kundalini despierte y aún así no abandonamos, ésta atacará provocándonos crisis que, tarde o temprano, nos llevarán a abandonarlas (a esas disposiciones-configuraciones que debimos dejar antes) para finalmente dejar que nuestro espíritu evolucione y podamos encontrar y manifestar nuestra verdadera esencia. Es por todo esto que el proceso de ascención de la kundalini se ha equiparado a un "morir y renacer"
Resultados de abrir la kundalini
Cuando realmente logramos despertar a la kundalini en toda su plenitud, experimentamos magníficas recompensas como:
• Clarividencia y clariaudiencia
• Conexión cósmica
• Expansión y sublimación de nuestra mente
• Superación de nuestro ego y de las ataduras internas que éste representa.
• Despertar del amor incondicional
• Consecución de un gozo espiritual que trasciende a las circunstancias concretas de nuestra vida
Síntomas del proceso de despertar de la kundalini
Lo anterior suena maravilloso, sin embargo, en el camino hacia esas recompensas espirituales propias de la plena activación de la kundalini, se da un amplio abanico de síntomas concretos, no todos los cuales son agradables:
• Calambres, espasmos
• Sensación de energía o electricidad que circula por el cuerpo.
• Comezones, vibraciones, pinchazos, estremecimientos o aguijoneos
• Intenso calor o frío sin motivo aparente
• Movimientos corporales involuntarios, sobre todo cuando se está meditando o durmiendo.
• Alteración en los patrones de digestión y sueño
• Episodios, alternados o solos, de hiperactividad y abundancia de energía o, por el contrario, de fatiga crónica
• Aumento o disminución del deseo sexual
• Presiones o latidos en la cabeza
• Palpitaciones cardíacas y hasta dolores de pecho en ciertos casos
• Adormecimiento de miembros, sobre todo del pie y la pierna izquierdos
• Inestabilidad anímica y explosiones emocionales de tristeza, enojo, angustia, miedo, alegría, etc...
• Vocalizaciones espontáneas
• Zumbidos u otros ruidos raros y más o menos frecuentes en los oídos
• Confusión mental
• Estados alterados de conciencia: gran claridad mental sin razón aparente, arrebatos de misticismo o enajenamiento, etc.
• Agradable energía en la coronilla (localizada en la parte superior del cráneo), como un hormigueo eléctrico que hace sentir que uno emana luz, a la vez que da un sentimiento de emancipación interna, amor, gozo, etc.
• Intervalos de amor, paz y compasión.
• Experiencias psíquicas o extracorpóreas
• Aumento de la creatividad e imaginación, que se puede manifestar en mayor disfrute o creación de arte.
• Sabiduría espiritual y sensibilidad humana incrementadas
• Sentimiento de trascendencia
EL DORADO, MITO Y REALIDAD
La ciudad de los tesoros
Según la enciclopedia Larousse EL DORADO es un lugar legendario de América que los conquistadores españoles, creyéndolo emporio de incalculables riquezas, buscaron afanosamente. Origen de esta creencia era, al parecer, la ceremonia de consagración de los nuevos zipas, que solían bañarse en el Lago Guatavita con el cuerpo cubierto de polvo de oro. El mito fue más tarde agrandado por la fantasía hispana y ,entre otro, Jiménez de Quesada y Benalcázar persiguieron la posesión de este "país" fabuloso.
Gonzalo de Rojas escribía allá por el año 1636 lo siguiente refiriéndose al áureo sueño de El Dorado: "En primer término, tenía que desplazarse al gran lago de Guatavita para efectuar ofrendas y sacrificios al demonio que la tribu adoraba como dios y señor. Durante la ceremonia que tenía lugar en el lago, construían una balsa de juncos que adornaban y decoraban con sus mejores bienes, colocando en ella cuatro braseros encendidos, en los que quemaban abundante moque - el incienso de estos nativos - y, también, resina y otras muchas esencias. El lago es grande y profundo, y por él puede navegar un buque de borda alta, cargado con infinidad de hombres y mujeres, ataviados con vistosas plumas, placas de oro y coronas de oro... Luego desnudan al heredero hasta dejarlo en cueros, untándolo con tierra pegajosa, sobre la que aplican polvo de oro hasta dejarle el cuerpo enteramente cubierto de este metal. Lo instalan en la balsa, en la que permanece inmóvil, y a sus pies sitúan un gran cúmulo de oro y esmeraldas para que se las ofrezca al dios. Además de él, en la balsa le acompañan cuatro de los jefes principales, adornados con plumas, coronas, brazaletes, colgantes y pendientes, todo de oro. También ellos van desnudos y llevan ofrendas. Cuando la balsa se aparta de la orilla, se escucha música de trompetas, flautas y otros instrumentos, y cantos que reverberan en las montañas y valles, hasta que, al llegar la balsa al centro del lago, izan una bandera en señal de silencio. Entonces hace su ofrenda el Hombre Dorado, que arroja todo su oro al fondo del lago; los jefes que le acompañan efectúan asimismo sus ofrendas, en turnos sucesivos. Y con esta ceremonia queda proclamado el nuevo gobernante, reconociéndoselo como rey y señor".
Esta es una de las primeras crónicas que tuvo el "Viejo Mundo" sobre el inicio de una febril búsqueda que trajo la muerte a más de un osado que intento arrancar su secreto a la Jungla...
El mito de El Dorado tuvo como todas las leyendas del anhelado metal una parte de certeza y verdad, su origen lo encontramos en una costumbre ritual de los indios chibcas, que vivían a orillas de la laguna Guatavita, en la meseta de Cundinamarca. Los datos y referencias históricas nos indican que el señor de este pueblo protagonizaba una ceremonia en la que ofrendaba a los dioses objetos de oro, que lanzaba a la laguna. Cuando finalizaba el ritual -ceremonia el sujeto se bañaba en ella y en el agua se desprendía las partículas de polvo de oro. Esta ceremonia se celebró hasta poco antes de la llegada de los españoles, a quienes se la contaron los indígenas. La ceremonia de El Dorado fue el origen de la leyenda. España y los reinos conquistadores aparte de aportar a las nuevas tierras su Soberanía y todo su "progreso", también aportó la impiedad de los conquistadores, quienes habían arrebatado ya a los muisca y sus vecinos toneladas de oro, un filón en forma de mil y un objetos que parecían no tener fin y cuya ansía aumentaba por días al oir las mil y una leyendas que los indios ebrios por el "agua de fuego" contaban sin cesar a los avariciosos conquistadores, induciendo a estos a pensar que aún les quedaba el mayor botín: el inmenso tesoro que debía existir en el fondo del lago Guatavita...
Sebastián de Benalcázar comandó en 1535 la primera expedición reconocida a la búsqueda de El Hombre Dorado y sometió las regiones occidentales del territorio de Nueva Granada. El término El Dorado quedó grabado para entonces como un lugar ilocalizado en el cual abundaba el oro y era sinónimo de lugar de riquezas casi infinitas. el-dorado2Ya El Dorado no era el designativo del rey originario de aquellas míticas tierras sino una región imprecisa del corazón de América, en la cuenca alta del Amazonas.
Fueron numerosas las expediciones que se adentraron infructuosamente en la espesura del verde Amazonas tras el mítico reino, entre los expedicionarios que intentaron tan lucrativa empresa se encontraban nombres tan ilustres como Hutten, Gonzalo de Pizarro, Jiménez de Quesada, Diego de Ordás, Jerónimo de Ortal, Hernán Pérez de Quesada, Pedro de Ursúa y Lope de Aguirre, Pedro Malaver de Silva y Domingo de Vera, Alonso de Herrera, etc...
En la búsqueda de El Dorado encontramos acontecimientos que durante muchos años fueron considerados hazañas del valor patrio... de esta forma Francisco de Orellana pasó a la historia por ser el primer explorador en navegar el río Amazonas. Francisco de Orellana formaba parte de la expedición de Gonzalo de Pizarro (1502 - 1548) que trataba de encontrar el "país de canela" o "El Dorado" eligiendo la ruta que partía hacía el Este de Quito y cuenca del Amazonas, quedándole la satisfacción del descubrimiento del río Coca, afluente del Napo. La expedición comandada por el hermano del mítico Francisco de Pizarro marchaba bien hasta que las provisiones se comenzaron a hacer insuficientes, de tal forma que era insostenible mantener y alimentar a los doscientos hombres y casi dos mil esclavos nativos de la que constaba la expedición. Para buscar alguna salida a la situación, Pizarro encomendó a Orellana la tarea de ir río abajo en busca de víveres y, cuando estos los encontraron, no pudieron regresar subiendo el río debido a la fuerza de la corriente. Orellana y sus cincuenta hombres continuaron navegando por el cauce impresionante del Amazonas hasta desembocar en el Atlántico. Para la historia se quedan las aventuras vividas en las que llegaron a comerse hervidos sus cinturones con unas pocas hierbas... conocieron a los caníbales locales, la rica fauna del Amazonas, y comprendieron el inmenso poder y magnetismo que entraña el secreto amazónico.
La búsqueda de las riquezas de "El Dorado" no se limitó únicamente a las orillas del lago Guatavita. Ya en los tiempos de los conquistadores se había extendido la creencia en el Hombre Dorado y su mística ciudad de Manoa, donde hasta las cacerolas eran fabricadas en oro. Se creyó que el mismo podía ser localizado en las selvas inexploradas de la cuenca amazónica, y por ello numerosos exploradores y aventureros se adentraron en la jungla año tras año. De ellos jamás se supo...
El primer paso para dragar el lago Guatavita fue dado en 1545, pero la más seria de las iniciativas iniciales fue la de un comerciante de Bogotá, Antonio de Sepúlveda, quien comenzó sus operaciones de drenaje hacia 1580. Utilizando la mano de obra local cifrada en 6000 indios , abrió una gran muesca en el borde del lago para permitir su desagüe, se logró rebajar el nivel en veinte metros, cuando se creía que la empresa llegaría con éxito a su fin, el canal se hundió, originando la muerte de numerosos excavadores. Sepúlveda hubo de abandonar la desecación del Guatavita, pese a que en un envío al soberano español Felipe II, demostraba que en el lago había riquezas incalculables, pues el envío lo formaban varios objetos de rico labraje en oro, un peto de oro, un bastón con placas de oro y una asombrosa esmeralda del tamaño de un puño... El soberano español consideró que ya se había gastado mucho tiempo y expediciones en el hallazgo de El Dorado, y el dorado sueño de Antonio de Sepúlveda se vio truncado en pro de otras expediciones para el Imperio.
De la vieja Albion o del también Imperio Británico hubo intentos por localizar tan magnífica fuente de riquezas; así, Sir Walter Raleigh (1552 - 1618) fue de los primeros en intentarlo, pero tuvo motivos para lamentarlo. Tras el envío expreso de la reina Isabel I de Inglaterra en 1595, el expedicionario inglés entró en la tupida selva amazónica de la Guayana, en busca de la legendaria Manoa. Tras convivir durante algún tiempo con los nativos de la zona, les propuso una alianza para derrotar conjuntamente al "invasor" español. Allí los indios le comentaron que El Dorado se encontraba en las márgenes de río Orinoco y, aunque el explorador se personó en las márgenes del hoy famoso río, no halló las cantidades de oro que esperaba. La expedición no tuvo el éxito esperado y tras la segunda expedición en 1617 - 1618, su nuevo y sonado fracaso sirvió de excusa perfecta para su ejecución...
No se sabía la cuantía ni las riquezas que el Lago Guatavita podía encerrar bajo su superficie y que durante tantos años había guardado celosamente, de esta forma, en 1807, el naturalista prusiano Alexander von Humboldt tasó en unos trescientos millones de dólares de los de entonces, calculando que si cada año, durante el siglo que duró la tradición, cuatro mil indios hubieran arrojado cinco pequeños objetos de oro en el lago, debería haber allí cuando menos unas cincuenta mil piezas. La búsqueda desde entonces y la identificación de El Dorado se ha tomado como epicentro en el tan mítico como real lago Guatavita. En el siglo XIX una empresa de capital germano trató, y dragó el lago: como consecuencia de aquella parcial dragadura, se obtuvieron algunas piezas del rico metal, pero no se había comenzado tal empresa para recoger "baratijas" y sí para marchar en busca del núcleo central del tesoro... pero no se halló, el barro cenoso y volcánico impedía el trabajo para una desecación parcial, y de esta forma tuvieron que abandonar la búsqueda. Esto no hizo más que acrecentar la justa fama del lago y la leyenda de El Dorado, dando paso a explorar y conocer más y mejor la tupida selva amazónica. Entonces la leyenda creció y el nombre de El Dorado y el Hombre Dorado con toda su ritualidad y ceremoniosidad, pasó a ser el designativo de una quimera, de una leyenda que cabalgaba entre el mito y la realidad, la ficción, la fantasía y la sospecha de que la realidad se escondía tras un fondo cenagoso que la Historia, la ambición, la terquedad y el azar se habían encargado de esconder al "invasor" de la bellas tierras amazónicas.
En 1912 la sociedad franco-sajona "Contractors Limited" consiguió desecar finalmente el lago, pero la euforia del logró final de todo el fruto de su trabajo les cegó, y pospusieron para el día siguiente la criba del cieno en busca del tesoro. La empresa se había logrado y ya sólo faltaba recoger el áureo botín... la sorpresa llegó cuando al comenzar la jornada con el despuntar del alba, comprobaron que el barro volcánico del fondo del lago se había asentado y comenzado a secar, atomizándose y formado una muy sólida y compacta masa de cemento volcánico imposible de penetrar. El Lago Guatavita aunque dio muestras de contener oro jamás desveló su secreto y su dorado fondo de ilusiones se tornó en un impenetrable secreto en justo premio a la codicia humana.
Entre los desafortunados que encontraron la muerte buscando la mítica leyenda de El Dorado figura el no menos ilustre explorador Percy Fawcett quién desapareció cuando buscaba la ciudad de oro al norte del amazonas y que tras desaparecer forjó su leyenda de quienes decían que realmente la había encontrado pero que prefirió quedarse a vivir en ella antes que volver... nada más lejos de la realidad. El coronel Fawcett que partió en 1922 para el Mato Grosso brasileño encontró la muerte en un enfrentamiento con una tribu local y sus restos fueron enterrados en la orilla de los ríos Kuluene y Tanurio donde forman un lago, es en suma una víctima más de tan cegada búsqueda.
Hoy podemos afirmar a la luz de los nuevos documentos y cartas históricas aparecidas tanto en España como en Sudamérica y que hacen referencia al mito de El Dorado, que este legendario lugar se encuentra emplazado en el Lago Guatavita, a unos 50 Km. al norte de Bogotá (Colombia), y cuyas redes de influencia aurifera se extienden hasta las orillas del Orinoco, donde se ubica la ciudad de Manoa; o al cercano Perú, en cuyo norte podrían encontrarse algunas otras estribaciones del mítico lugar. En el lago aún es visible la huella del hombre en forma de muesca en su borde, originada por la expedición de Antonio de Sepúlveda. Pese a ello, la leyenda de El Dorado y sus tesoros aún sigue vigente y aún son muchos los que sueñan con sus inexploradas tierras y riquezas... la fiebre del oro no es sólo patente de corso de siglos pasados...
Recientes informaciones fechadas a comienzos del año 2002 y firmadas por Iñaki Alvarez-Miranda afirmaban que "el descubrimiento de un manuscrito del siglo XVI en el archivo romano de la Compañía de Jesús había arrojado nuevos indicios sobre El Dorado", la mítica ciudad de los incas que una expedición pretende ahora localizar en la espesura de la amazonia peruana. En toda esta nueva aventura por la localización de El Dorado y sus zonas de influencia, se halla sumergido el explorador y periodista Jacek Palkiewicz, quién asegura que esta información histórica confirma la existencia de "Paititi", nombre dado por los indígenas a la ciudad construida en oro de la que tuvieron noticia los primeros conquistadores españoles. Reproduciendo sus propias palabras el aventurero decía: "Se trata de prueba de gran validez que nos hace trabajar en nuestro proyecto con más entusiasmo todavía", Palkiewicz, empeñado en la organización de una expedición científica que a partir del mes de junio recorrerá la inaccesible región selvática de la cuenca del río Madre de Dios, en Perú.
En el manuscrito hallado, el jesuita español Andrés López describe un reino "muy rico y adornado de oro" , incluido en el tomo primero de "Peruana historia (1567-1625)", según fue descrito en su día al General de los jesuitas y al Papa, quien otorgó a la orden la exclusiva para su evangelización, el religioso español cuenta cómo el rey de Paititi, tras convertirse, ofreció construir "una iglesia hecha con bloques de oro macizo" y que incluso las vajillas eran de este metal. El jesuita español parecía beber de buenas fuentes dado que la Compañía de Jesús llevó a cabo la conversión y bautizo de los habitantes de "Paititi", localidad situada " a diez oías de viaje de Cuzco (Perú)". El documento no ofrece detalles geográficos precisos sobre su situación, pero el hecho de que sus fabulosos tesoros hayan podido ser expoliados tampoco preocupa a Palkiewicz, quien insistió en que el interés de su expedición es "científico y arqueológico", y aseguraba "el oro no nos interesa", al insistir en que su proyecto cuenta con el apoyo del gobierno peruano, extremo no confirmado por el gobierno de dicho país. No obstante parece que sí hay instituciones dispuestas a financiar esta nueva empresa a la búsqueda de El Dorado, por otras cercanas latitudes de Colombia.
El último de ellos fue el del antropólogo noruego Lars Hafksjold, que desapareció sin dejar rastro en 1997 en el "infierno verde" del río Madidi.
La prestigiosa revista italiana de arqueología "Archeo" se hace eco de estas informaciones y el arqueólogo italiano Mario Polia, que reside desde hace tres décadas en Perú y es autor de la investigación, el manuscrito inédito supone una prueba de la "existencia real" de la mítica ciudad, cuya localización exacta los jesuitas trataron de mantener secreta para evitar una "fiebre del oro"... Fiebre que hoy parece reactivarse, el Amazonas, el Orinoco, el Lago Guatavita ,Manoa ,Paititi, y miles de nombres que recibiría la "real" ubicación del legendario lugar y que mantienen un denominador común bajo cualquier forma o denominación: despierta la codicia humana.
La mística del oro ,en casi todas las culturas y civilizaciones ,ha mantenido una extraña relación con el ser humano, despertando su codicia quizás quién mejor lo definió mostrando así el pensamiento de la época fue el navegante al servicio de la corona español Cristobal Colón quién dijo:"El oro es el más exquisito de todos los elementos... Quien posee oro puede adquirir todo lo que necesite del mundo. En verdad, con oro puede usted lograr que su alma ingrese en el paraíso".
Fuente: Pasarmiedo.com
Autores: Rafael Cabello Herrero y José Manuel García Bautista
PTERODACTILOS VIVOS
Un interesante artículo aparecido en la revista científica The Zoologist, en su número de julio de 1868, describía lo que su autor vio a comienzos del mismo año en Copiapó (Atacama, Chile): "Ayer, hacia las cinco de la tarde, cuando ya habían finalizado los trabajos del día en esta mina y todos los trabajadores se hallaban reunidos esperando la cena, vimos aparecer por el cielo un pájaro gigantesco; al principio creímos que se trataba de una de las nubes que en aquel momento oscurecían la atmósfera, suponiendo que el viento la había separado del resto. Su rumbo era en dirección noroeste-sudeste, y su vuelo rápido y rectilíneo. Como pasó a poca distancia de nuestras cabezas, pudimos apreciar la extraña estructura de su cuerpo."
"Sus inmensas alas estaban recubiertas por un plumaje grisáceo; la monstruosa cabeza parecía la de una langosta, y sus grandes ojos abiertos brillaban como tizones; parecía estar recubierta por algo parecido al grueso y rígido pelaje de un jabalí, mientras que en su cuerpo, alargado como el de una serpiente, sólo pudimos apreciar escamas brillantes, que originaban un sonido metálico cuando el extraño animal giraba el cuerpo durante el vuelo."
Este informe se parece en algunos aspectos a los relatos referidos a los pájaros con tamaño de avión que fueron divisados en Illinois (Estados Unidos) en 1948. Pero en este caso los trabajadores chilenos estuvieron más cerca de su "pájaro" cuando lo vieron, siendo capaces de describir posteriormente su extraña apariencia. ¿Se trataba realmente de un pájaro, o era un reptil volador?
Quizás se trató simplemente de un montaje periodístico, como también lo parece el "ave del trueno" pretendidamente cazado cerca de Tombstone, Arizona, en 1890. Los detalles aparecieron en un artículo del Epitaph de Tombstone del 26 de abril de 1890. El relato de lo que al parecer sucedió es muy breve. Dos rancheros que cabalgaban por el desierto cazaron un monstruo alado "que se parecían a un enorme caimán con una cola extremadamente larga y un inmenso par de alas", y que al parecer estaba exhausto. Se aproximaron lo suficiente como para matarlo con el rifle, y después lo midieron. Media unos 28 m de largo, y la envergadura alar era de unos 49 m. Las alas y el cuerpo carecían de pelo o plumas, y la mandíbula presentaba agudos dientes.
La saga de Tombstone se complica debido al hecho de que al parecer se había cazado otra "ave del trueno" en la misma zona en 1886. Hay investigadores que pretenden haber visto una fotografía de la misma, aunque hasta la fecha nadie ha sido capaz de localizarla. Según parece, nadie sabe lo que sucedió con el cuerpo del animal, si es que de verdad existió. Varias historias publicadas en periódicos americanos durante la segunda mitad del siglo XX se han revelado como mentiras, y ésta pudiera muy bien ser otra.
Admitiendo que los "pájaros" de Copiapó y Tombstone hubieran existido de verdad, se trataría más de monstruos prehistóricos que de pájaros tal como los conocemos nosotros ahora. Algunos años antes, hacia la década de 1850, un periódico francés informó que en una cantera de Culmont, en Haute-Mamne (Francia), unos hombres habían descubierto un pterodáctilo vivo. La criatura salió de una cueva de la roca, y parecía un murciélago del tamaño de un ganso grande. Era de color negro, y la envergadura de las alas era de unos 3 metros.
Es posible admitir que los relatos del siglo XIX relativos a los pterodáctilos no sean de fiar; pero en el siglo XX se han producido algunos desconcertantes hechos acaecidos en América que resulta más difícil rechazar. Los primeros relatos del siglo XX hacen referencia a un monstruo enigmático, llamado "el diablo de Jersey".
En enero de 1909 esta extraña "cosa" aterrorizó al estado de Nueva Jersey. Su refugio se hallaba al parecer en algún lugar de Pine Barrens, una zona remota del sudeste del estado. En el transcurso de los años fueron atribuidos al diablo de Jersey todo tipo de extraños fenómenos.
Las bromas del diablo de Jersey
Los sucesos comenzaron en enero de 1909, cuando por lo menos en 30 pueblos se informó de la presencia del diablo de Jersey. Una de las primeras observaciones ocurrió el domingo 17 de enero en Bristol (Pennsylvania), cerca de la frontera con Nueva Jersey. A las dos de la madrugada John McOwen oyó unos ruidos extraños y saltó de la cama. Relató lo siguiente: "Miré por la ventana y me sorprendió ver una gran criatura en los diques del canal. Se parecía a un águila... y fue dando saltos por el sendero de remolque."El guardián James Sackville también lo vio en Bristol aquella noche. Dijo que tenía alas y que saltaba como un pájaro, pero que presentaba extrañas características y emitía un horrible chillido. Sackville corrió hacia él, disparándole con el revólver, cuando emprendió el vuelo. El jefe de correos, E. W. Minster, fue la tercera persona de Bristol que vio al diablo de Jersey aquella mañana, volando sobre el río Delaware. El gran pájaro, semejante a una grulla, parecía resplandecer, y se aproximó lo suficiente como para permitir que Minster apreciase varios detalles: Su cabeza parecía la de un macho cabrío, con cuernos retorcidos, y su largo y grueso cuello se proyectaba amenazadoramente hacia adelante. Tenía alas delgadas y largas; las piernas eran cortas, siendo más cortas las anteriores que las posteriores.
De nuevo lanzó su espantoso grito, mezcla de lamentación y silbido. A la mañana siguiente los residentes de Bristol encontraron las huellas del diablo de Jersey en la nieve: parecían las de una pezuña.
Durante la semana siguiente, el diablo de Jersey parecía estar en todas partes, y cundió el pánico en el estado. Los granjeros instalaron trampas de acero y los cazadores siguieron las huellas. La escena debió parecerse mucho a las que se producen hoy en día cuando se publica que en cierta zona se han visto las huellas de un "yeti", con el consiguiente caos de fotógrafos y cazadores. Pero el diablo de Jersey parecía indiferente a todo ese despliegue. El martes 19 de enero, a primera hora de la mañana, el señor y la señora Nelson Evans, de Gloucester City (New Jersey), vieron al monstruo bailar en el tejado se su casa durante 10 minutos. He aquí el relato del señor Evans: Medía aproximadamente un metro de altura; tenía la cabeza de un perro collie y la cara de caballo. El cuello era largo; las alas median unos 60 centímetros, y las patas posteriores eran como las de una grulla. Tenía pezuñas de caballo. Caminaba sobre sus extremidades posteriores, levantando dos patas delanteras cortas, con garras. No utilizó las patas delanteras en ningún momento mientras nosotros observábamos. Confieso que mi mujer y yo estábamos aterrorizados, pero tuve el coraje de abrir la ventana y gritarle, con lo que el animal giró sobre sí mismo, me miró fijamente y se marchó volando.
Otros testigos mencionaron que tenía la piel de un caimán, y algunos creían que media más o menos 1,8 metros de altura. La última vez que fue visto fue el viernes 22 de enero, después de lo cual el diablo de Jersey desapareció tan de repente como había llegado. Se propusieron varias explicaciones jocosas, por ejemplo, que se trataba de un "eslabón perdido"; también se explicó como un caso de histeria colectiva.
Otras personas, que tomaron más en serio a los testigos, especularon con la posibilidad de que en realidad hubiesen visto pájaros: sugirieron una "invasión" de un tipo especial de patos. También sugirieron la posibilidad de que se tratase de una grulla de las colinas: este pájaro, con una envergadura de 2 metros, una longitud de 1,2 metros y "un estridente chillido" por voz, fue antiguamente muy común en Nueva Jersey, pero en la actualidad se la supone confinada en zonas remotas del sur. Otros sugirieron que los testigos habían visto un "superviviente de los tiempos prehistóricos". Las señales de pezuñas fueron consideradas una falsificación, o bien huellas humanas deformadas y borradas (esto podría explicar algunas huellas, pero no las detectadas en sitios inaccesibles). La explicación que se elija para los increíbles sucesos acaecidos entre el 17 y 22 de enero de 1909 depende de la confianza que uno tenga en los testigos oculares.
A medida que nos acercamos a nuestros días, las personas que han visto pájaros gigantes comienzan a "identificarlos" como pterodáctilos, tendencia que podría reflejar un mayor conocimiento del público sobre animales prehistóricos. En mayo de 1961, un ejecutivo que volaba en avioneta sobre el valle del río Hudson vio a su lado a un pájaro enorme que apenas si movía las alas. Dijo que era un "enorme pájaro, mayor que un águila... se parecía a un pterodáctilo de los tiempos prehistóricos".
A comienzos de los años sesenta, una pareja que circulaba de noche en automóvil por el bosque de Trinity, en California, vio algo que identificaron primero como una avioneta en apuros, pero luego se dieron cuenta que debía tratarse de un pájaro. Volaba a la altura de las copas de los árboles y parecía tener una envergadura de unos 4 metros. La pareja no pudo distinguir ningún detalle, puesto que sólo vieron la silueta del "pájaro" cuando cruzó la carretera por delante suyo, hacia una cueva situada en un estrecho desfiladero. Decidieron que se parecía a un pterodáctilo.
A principios de 1976 comenzaron a registrarse informaciones procedentes de Texas acerca de criaturas parecidas a pájaros misteriosos o a reptiles voladores prehistóricos. La primera observación se produjo el 1ro. de enero, en Harlingen, siendo sus protagonistas Jackie Davis (14 años) y Tracey Lawson (11 años). Vieron un "pájaro" de 1,5 metros de alto, con unas "espaldas" de 90 centímetros de anchura. Era de color negro, con grandes ojos de color rojo oscuro; la cabeza era calva, y la cara semejaba la de un gorila, con un pico de 15 centímetros de longitud. Al día siguiente sus padres fueron a investigar y encontraron cinco huellas (cada una con tres dedos) de 20 centímetros de anchura y 4 de profundidad. Ni un hombre de 77 kg de peso hubiera podido dejar huellas tan profundas en aquel duro terreno.
Una semana después, el 7 de enero, Alvérico Guajardo vio probablemente al mismo pájaro. Había salido al exterior de su "roulotte" para investigar, puesto que algo había chocado con su remolque. Esto sucedía en la ciudad de Brownsville. Encendió las luces de su caravana, que iluminaron "algo procedente de otro planeta". La criatura, de 1,2 metros de largo, miró fijamente con sus ojos llameantes y colorados al aterrorizado hombre. Guajardo pudo distinguir plumas negras, un pico de unos 60 u 80 centímetros de largo y las alas como de murciélago. Se alejó de las luces al tiempo que emitía un horrible chillido. Guajardo se refugió finalmente en casa de un vecino.
La experiencia de Armando Grimaldo fue la más terrorífica de todas las que se vivieron en el estado en relación con esta criatura. Fue atacado por el "pájaro" la tarde del 14 de enero, cuando se encontraba en el huerto de su suegra, en Raymondville. Mientras miraba a su alrededor en busca de algo que emitía un ruido parecido al batido de las alas de un murciélago, y un "silbido muy curioso", fue atacado desde arriba por "un ser con grandes garras". Mientras escapaba miró hacia atrás, y vio un "pájaro" del tamaño de un hombre, con una envergadura de 3 a 3,5 metros. Tenía cara de murciélago o de asno, grandes ojos rojos, piel oscura sin plumaje, y no tenía pico.
Libby y Deany Ford dijeron que el gran pájaro negro con cara de murciélago que vieron cerca de Brownsville era un pteranodon (un tipo de pterodáctilo). El 24 de febrero, tres profesores de bachillerato que viajaban en coche por las cercanías de San Antonio también vieron un pájaro que identificaron como un pteranodon. Cuando planeó sobre sus coches, su sombra cubrió la carretera. Estimaron que tendría una envergadura de 4,5 a 6 metros. La señora Patricia Bryant dijo que era tan grande como una avioneta Piper Cub y que "podía ver el esqueleto de este pájaro a través de su piel, plumas o lo que fuese". David Rendon comentó que el "pájaro", más que volar, planeaba y que tenía unas enormes y robustas alas parecidas a las de un murciélago.
La explicación más prosaica a todos estos hechos es simplemente que los testigos quedaron sobrecogidos ante la visión de un pájaro poco común. Sin embargo, ¿hay que tomar en serio la identificación con un pteranodon? Se supone que estos reptiles voladores quedaron extinguidos hace unos 64 millones de años. Algunos fósiles de pterosaurios atestiguan su presencia en aquella zona. Pero, ¿pudo sobrevivir alguno? O bien (y ésta es la sugerencia más fantástica), ¿se distorsionó la estructura del tiempo? ¿se materializaron de repente en nuestros días animales que vivieron en eras pasadas?
EL BASILISCO DE RENWICH
Renwich es un pequeño pueblo del norte de Inglaterra cuya iglesia guarda en su interior uno de los relatos más sorprendentes. Se trata de unos documentos fechados en el siglo XVIII, que describen un insólito suceso ocurrido en el citado templo mientras se efectuaba una restauración del mismo, inesperadamente una criatura alada surgió de los cimientos.
Sucedió en 1733, cuando unos trabajadores levantaron el piso de una iglesia y se encontraron con algo que los marcó de tal manera que dejaron una crónica escrita sobre los hechos, crónica que ha llegado hasta nuestros días. Un terrible monstruo alado surgió de entre los cimientos en actitud defensiva, aparentemente al ser despertado de su largo letargo. El animal fue descrito por los trabajadores de una forma que hoy coincide con otras descripciones que se atribuyen al mítico basilisco. El basilisco, cuya palabra proviene de la acepción griega basilikos ( reyezuelo), era un ser alado mitad gallo mitad reptil, con alas muy parecidas a las de un murciélago de una coloración amarilla y negra, o mimetizada con tonos marrones.
El monstruo, además de atemorizar a los trabajadores, hizo lo mismo con la población, que corrió desesperada buscando refugio donde resguardarse de la furia del animal, que sobrevolaba el pueblo en círculos emitiendo unos temibles sonidos parecidos a los graznidos de un cuervo. En pocos minutos, uno de los trabajadores, John Tallantire, se armó de valor y con una vara de serbal, árbol que se creía poseía propiedades mágicas, se enzarzó en una feroz lucha con el monstruoso engendro en el patio de la iglesia, hasta que al final, tras una ardua batalla en la que casi pierde la vida, logró acabar con el presunto basilisco para siempre. En las crónicas recogidas en la iglesia se cuenta que este hombre fue recompensado por el agradecido pueblo, quien le dio control absoluto de su cabaña y lo eximieron de pagar las cuotas parroquiales de por vida. Toda una muestra de agradecimiento y generosidad para la época.
Para las gentes del medievo el basilisco era un claro símbolo de muerte que podía convertir a cualquier humano en piedra con solo mirarlo. Por esta razón, muchos pensaban que el único modo de acabar con la bestia era haciendo que la misma se observara en el reflejo de un espejo.
Los basiliscos aparecen con frecuencia representados en la arquitectura religiosa, en libros y grabados antiguos, mostrando su peculiar aspecto y en ocasiones naturaleza.
EL MONSTRUO DE AYIA NAPA (Criptozoologia)
El Monstruo Marino de Ayia Napa es un críptido que habita en las afueras de la costa de Ayia Napa, un popular destino turístico del Mediterráneo, localizado en la isla de Chipre y conocido por sus playas de aguas translúcidas de tonos turquesas, donde los corales crecen, los pececillos de diversos colores navegan en compañía de los buzos y, de vez en cuando, éste enorme pero sereno reptil se pasea, casi siempre sin que ojo humano alguno lo vea...
La mayoría de avistamientos de la criatura se han dado alrededor del Cavo Greko, teniendo casi siempre por testigos a pescadores locales, quienes cariñosamente lo llaman "Para Filiko Teras", que traducido al español quiere decir "El Monstruo Amable"; ya que, hasta la fecha, no se ha dado reporte alguno en que el monstruo ataque humanos o se muestre hostil. Lo peor que esta afable criatura ha hecho es arrastrar o romper enormes redes de pesca a fin de saciar su apetito con lo mismo que los pescadores llenan sus bolsillos. Por ello nadie le teme, aunque eso no ha bastado para que el misterio del monstruo se desvele.
Inclusive, tantos han sido los avistamientos de la a veces llamada "criatura de las profundidades", que muchos periódicos locales han publicado notas refiriéndose a él como el "Loch Ness de Chipre", especulando que quizá se trata de algún tipo gigante de cocodrilo o serpiente marina, o bien de cocodrilos que se tenían como mascotas y que fueron liberados ilegalmente.
Y es que, en la práctica, hay muy pocas evidencias concretas sobre la supuesta existencia de este pacífico críptido. Sin embargo los testimonios no escasean, y de generación en generación se han transmitido y han surgido historias sobre la enigmática bestia acuática. Algunos creen que en gran parte la abundancia de testimonios sería un producto de la sugestión cultural producida por el fuerte arraigo que tiene la creencia en esta criatura dentro del folclore; no obstante, los diversos avistamientos por parte de turistas desafían un poco dicha hipótesis, a menos de que se piense que justamente los turistas que se dejan sugestionar por el folclore son los que más tienden a interpretar ciertos fenómenos (ballenas, tiburones, etc) usuales como apariciones del monstruo.
Ahora bien, hay unas cuantas fotografías y filmaciones en que supuestamente aparece el monstruo, sin embargo en ninguna se ve algo demasiado contundente y, el hecho de que algunas de estas evidencias no hayan podido ser descartadas como montajes, no implica que no exista otro tipo de fraude o que simplemente lo que aparece en las fotos sea algo que, sin estar allí como producto del fraude, sea el monstruo y no otra cosa erróneamente interpretada como tal.
De todas formas, el enigmático monstruo resulta tan cautivador que, sin importar qué tanto se crea en éste fuera de Chipre, se lo ha llevado al episodio 13 del programa Destination Truth en el canal SyFy
Por otro lado, la criatura ha sido vinculada con la Escila, un monstruo marino mitológico que aparece en mosaicos de la llamada Casa de Dionisio, villa romana construida en Paphos (Chipre) y que data del segundo siglo después de Cristo. Pero si tal fuera el caso es evidente que el monstruo no sería la Escila como tal sino una especie de amable versión contemporánea de la misma, producido por la distorsión cultural del mito a través de los siglos, ya que la Escila es ciertamente feroz, tal y como la retrató Homero en el canto XII de La Odisea: ‹‹En medio del escollo hay un antro sombrío que mira al ocaso, hacia el Erebo, y a él enderezaréis el rumbo de la cóncava nave, preclaro Odiseo. Ni un hombre joven, que disparara el arco desde la cóncava nave, podría llegar con sus tiros a la profunda cueva. Allí mora Escila, que aúlla terriblemente, con voz semejante a la de una perra recién nacida, y es un monstruo perverso a quien nadie se alegrará de ver, aunque fuese un dios el que con ella se encontrase. Tiene doce pies, todos deformes, y seis cuellos larguísimos, cada cual con una horrible cabeza en cuya boca hay tres hileras de abundantes y apretados dientes, llenos de negra muerte. Está sumida hasta la mitad del cuerpo en la honda gruta, saca las cabezas fuera de aquel horrendo báratro y, registrando alrededor del escollo, pesca delfines, perros de mar, y también, si puede cogerlo, alguno de los monstruos mayores que cría en cantidad inmensa la ruidosa Anfitrite. Por allí jamás pasó embarcación cuyos marineros pudieran gloriarse de haber escapado indemnes; pues Escila les arrebata con sus cabezas sendos hombres de la nave de azulada proa.››
En concordancia con la descripción de Homero, están otras fuentes antiguas como la Biblioteca mitológica elaborada entre el siglo I y II d.C., la enciclopedia Suda, escrita en el siglo X d.C. por eruditos bizantinos, o el autor latino Cayo Julio Higinio, quien hiperbólicamente se refiere al monstruo como un ser que tenía "más cabezas que las que los pintores de vasijas podían pintar"
Ante la popularidad del monstruo y lo abundante de los avistamientos, funcionarios del gobierno de Chipre han financiado una búsqueda para encontrarlo, aunque todavía no hay frutos tangibles. En todo caso el monstruo ha sido y sigue siendo muy beneficioso para el turismo, al punto de que se ofrecen tours con la finalidad de proporcionar al turista la oportunidad de ver a la legendaria criatura o, inclusive, algunos hoteles se han colocado estratégicamente cerca de las zonas en que más se lo ve.
TUE TUE
Esta leyenda es de mi tierra, es muy conocida y muchos le temen, dicen que es cierta y que si pronuncias su nombre el vendrá y se presentara.
Cuenta la leyenda que existe una rara especie de pájaro que no puede ser visto por el limitado ojo humano. Siempre sale por la noche y es muy rápido, igual lo escuchas en un sitio que al instante está en otro, es imposible de localizar. Su nombre el Tue Tue o Chochon y es el resultado de la transformación de un brujo maldito que por las noches sale a volar. Según los mupuches, a quien le canta el Tue Tue está irremediablemente condenado a morir
Una noche en que los campesinos cercanos a Melipilla trabajaban atando las hojas de las cebollas, trabajo que se hace de noche, porque el rocío permite que estas hojas sean mas dóciles. Los campesinos prendieron una fogata para calentar un poco de té. De repente, un ruido escalofriante salió del cielo, algo que jamás habían escuchado, una especie de graznido de pájaro desconocido que los acechaba y les hacia perder los sentidos...el graznido erizó de terror hasta el último cabello de aquellos pobres trabajadores que ahora estaban a merced de la oscuridad....
Alguien grito Es el Tue Tue¡¡¡¡ y mencionó que al tirar sal al fuego, cualquier maleficio terminaría y los libraría de su maldad y espantados buscaron entre sus ropajes un pequeño puñado de Sal, el que arrojaron llenos de pánico al fuego....en ese mismo instante caía al suelo algo enorme desde el cielo, y se retorcía en medio de gritos de dolor y rabia...emitía ruidos como voces humanas, de ultratumba y quejidos de pájaros.
Luego silencio...un silencio aterrador que fue eterno y que fue interrumpido por uno de los trabajadores que había caído inconsciente al suelo...en medio de la nada y sin poder seguir trabajando esperaron juntos el amanecer...
Lo que olvidó mencionar aquel hombre de la idea de la Sal en el fuego, es que el brujo aparecería en tu casa...pero nadie quiso escuchar mas y preferían olvidar lo sucedido...
Carlos el más valiente y quien tiró la Sal al fuego despertaba de un largo sueño que tuvo para recuperar fuerzas y volver a trabajar en la noche, sin olvidar lo que había pasado. Era ya el atardecer y la noche caía en el pueblo, y Carlos estaba preparándose para partir cuando sintió la puerta, pensó que sería Juan quien lo pasaba a buscar siempre para irse juntos al trabajo...pero no había nadie...
Extrañado miró hacia afuera, estaba seguro que escuchó la puerta y antes de darse vuelta un frío helado recorrió su espalda y un olor nauseabundo inundó la habitación de su casa y al voltearse se encontró con una cara deforme, un ser espectral, terrorífico que le dijo con voz de ultratumba....TU ME HICISTE CAER ¡¡¡¡
AHORA ARDERÁS EN EL INFIERNO....
Se cuenta que el brujo incrustó una a una plumas en el cuerpo de Carlos y lo hizo volar a vengarse de cada uno de los trabajadores...
EL CALLEJÓN DEL MUERTO
Era el año de 1785, hablando de la puebla antigua, eran las 3 de la mañana cuando doña Juliana Domínguez, esposa de don Anastasio Priego, familia acaudalada y dueños del mesón de Priego, comenzó con los dolores de parto y era necesario ir por la partera, doña Simonita. Corrió por su sombrero, capa y espada y pidió a la servidumbre que fueran preparando todo lo necesario para el alumbramiento mientras él regresaba con la partera. Era una noche lluviosa y tormentosa, motivo por el cual quisieron acompañarle sus ayudantes, además porque siempre las horas de madrugada han sido propicias para asaltos y asesinatos. don Anastasio no quiso la compañía de nadie y se dirigió solo hacia la parroquia de Analco, que en aquellos tiempos era panteón dirigiéndose hacia la calle de santo Tomás, hoy conocida como la 5 oriente. Por lo oscuro de la noche, iba alumbrándose con una lámpara de aceite cuando lo sorprendió un tipo que en forma enérgica y poco cortés desenvainó su espada y se la puso en el abdomen al señor Priego al mismo tiempo que le exigía el oro o la vida. Para esto, don Anastasio siempre se caracterizó por ser diestro en la esgrima, era tan hábil que pocos lo retaban, motivo por el cual dio un salto y sacando su espada con la rapidez de un relámpago, la hundió en el corazón del asaltante, quien inmediatamente cayó muerto. Con la prisa que tenía por llegar a donde estaba la partera se olvidó de lo ocurrido y llegó hasta el hogar de ésta para dirigirse a su casona, obviamente le platicó lo sucedido a doña Simonita. Pasaron por el puente de Ovando, evitando regresar por el mismo rumbo, cruzaron la plazuela de Analco y llegaron de nuevo al mesón. Llegaron justo a tiempo para recibir a un par de gemelos. Al terminar su trabajo, don Anastasio acompañó de nuevo a la partera; más que por cortesía, fue por regresar al lugar del crimen donde encontró el cadáver rodeado de curiosos que oraban por su alma.
A partir de ese momento, le empezaron a llamar el callejón del muerto, antiguo callejón de illescas ubicado entre la 3 y 5 oriente esquina con 12 sur. Se cuenta que desde ese momento comenzó a aparecerse el asaltante a todo aquel que pasaba a horas no apropiadas, motivo por el cual don Marcelino Yllescas, vecino del lugar, mandó a hacer misas en su honor.
Una tarde de agosto, en el atrio del templo de Analco llegó un hombre que abordó al sacerdote, al mismo tiempo que le tomó del brazo pidiéndole que lo confesara. Como el sacristán ya iba a cerrar la iglesia, el padre Panchito, como cariñosamente lo llamaban, le pidió que no lo hiciera porque iba a entrar al confesionario. El tiempo transcurría y el sacristán entró a la iglesia, pero ni el sacerdote ni el hombre se encontraban. Todos los días a las siete de la mañana el padre Panchito celebraba misa, pero en esta ocasión no acudió. El párroco y el sacristán acudieron a su casa y lo encontraron muy grave, enfermo de tifus, por lo que el párroco confesó al padre y en su confesión éste le dijo que había dado absolución a un hombre que tenía mucho tiempo de muerto y que como estaba penando, venía con permiso de Dios a buscar el perdón y el descanso eterno.
Al siguiente día, el padre Panchito murió por el impacto tan fuerte de haber hablado con un difunto y verlo desaparecer al otorgarle la absolución. Se terminó el penar de esa alma y al callejón sólo le quedó el nombre porque nunca más apareció el muerto.
AMIGAS PARA SIEMPRE
Año 1982. Alicia y Sara eran dos chicas, ambas de 15 años, e íntimas amigas
desde la más tierna infancia. Vivían en el mismo barrio, estudiaban en el mismo
instituto, iban a la misma clase... en fin, eran inseparables. Sin embargo, tenían
caracteres muy diferentes. Alicia era alegre y extrovertida, mientras que Sara era
muy tímida y callada.
Cierto día, Sara le propuso a Alicia:
- ¿Por qué no hacemos un juramento de sangre?
- ¿Qué?
- Mira, por si algún día perdemos el contacto, juramos que la que muera antes de
nosotras dos, irá a avisar a la otra.
- Qué tontería, Sara, nosotras siempre estaremos juntas.
Ante la insistencia de Sara, y entre asombrada y divertida, Alicia al final aceptó
la propuesta. Ambas se practicaron un corte con una navaja en el dedo índice de la
mano derecha, y sellaron el pacto a la luz de unas velas.
Pasaron los años. Alicia había terminado sus estudios de derecho, tenía un buen
trabajo, una casa preciosa y un marido y un hijo maravillosos. Hacía mucho que no
veía a Sara, la amiga de su juventud, aunque a veces se acordaba de ella cuando se
veía la cicatriz de su dedo índice. Al final, la vida les había llevado por caminos
distintos y no habían vuelto a verse desde que acabaron el instituto.
Una noche, Alicia tuvo una horrible pesadilla: iba conduciendo, cuando de repente un
camión invadía su carril y chocaba con su coche.
Se despertó empapada en sudor, y justo en ese momento, oyó llamar al timbre de la
casa. Eran las 3 de la madrugada. Miró a su marido, que dormía profundamente a su
lado, en ese momento, el timbre volvió a sonar con insistencia. Maldiciendo por lo bajo y preguntándose quién podría ser a esas horas, Alicia se levantó y fue a abrir la puerta.
Cuando abrió la puerta y vio a la mujer que estaba en el porche, abrió la boca, totalmente anonadada. Aunque había cambiado bastante, la reconoció enseguida.
Allí, terriblemente pálida, ojerosa y con una enorme herida sangrante en la cabeza, estaba su antigua amiga Sara.
- ¡Por Dios, Sara! ¿Qué ta ha ocurrido? Entra, te curaré esa herida.
- ¡Cuánto tiempo sin vernos!
Sara no se movió de donde estaba.
- He venido a cumplir mi promesa, Alicia. He muerto y vengo a decírtelo.
Alicia se quedó sin habla.
- Ya que la vida nos ha separado, estaremos juntas en la muerte. Te estaré esperando...- dijo Sara levantando el dedo índice. Acto seguido, desapareció.
Alicia empezó a notar un dolor persistente en su propio dedo índice, al mirárselo descubrió que lo tenía empapado en sangre, como si se le hubiera vuelto a abrir el corte que se hiciera años atrás... Lanzó un alarido estremecedor y cayó desvanecida al suelo.
Al día siguiente, despertó en su cama y pensó que todo había sido un mal sueño.
Encendió el televisor para desayunar, y lo que vio la dejó helada: la noche anterior, a las 3 de la madrugada, había habido un accidente de tráfico: un camión había chocado con un coche, y la conductora del mismo había fallecido en el acto.
A partir de aquél día, su vida se convirtió en un auténtico infierno. No comía, se olvidaba de recoger a su hijo en el colegio, no rendía en el trabajo... Y todas las noches tenía el mismo sueño, en el cual oía llamar a la puerta, y al abrir veía a Sara levantando el dedo índice y diciendo "te estaré esperando", tras lo cual siempre se despertaba con un dolor insoportable en su dedo lleno de sangre.
Su marido no entendía lo que le estaba pasando, los médicos no encontraban ninguna explicación, y finalmente internaron a Alicia en un psiquiátrico.
Allí no hizo sino empeorar, ahora en sus pesadillas veía a Sara junto a su cama.
Una noche, un celador del psiquiátrico oyó un espantoso ruido de cristales rotos que provenía de la habitación de Alicia.
Al entrar en la habitación vio que la ventana estaba rota, se asomó y vio a Alicia tirada sobre la acera en medio de un charco de sangre. Tenía una gran herida en la cabeza y a su lado, en el pavimento, alguien había escrito con su sangre: "AMIGAS PARA SIEMPRE".
El Monstruo del lago Ness un fenómeno geológico???
Un científico italiano dice haber desenmascarado el mítico fenómeno del Lago Ness, en Escocia, y asegura que no existe ningún monstruo, sino que se trata de un fenómeno geológico.
El geólogo Luigi Piccardi afirma que en el lago más famoso de Escocia en realidad no habita ninguna criatura misteriosa que se asemeje a un antiguo fósil de un animal con cuello largo.
Piccardi, que habló con el periódico italiano 'La Repubblica', cree que todos aquellos que insistían en lo que veían un enorme monstruo en las aguas del lago en realidad observaban burbujas de gas que ascendían desde las profundidades del agua. Se trata de la reacción de la actividad sísmica que proviene de una falla geológica que pasa bajo el fondo del lago, dice el italiano.
Los que se oponen a la idea de Piccardi argumentan que en Escocia no son frecuentes los terremotos, pero el geólogo italiano asegura que el salto de línea es "muy grande y muy activo", y que ese tipo de actividad se puede reflejar de diferentes maneras en la superficie del agua.
Piccardi reunió testimonios que afirman que la aparición del 'monstruo' generalmente estaba acompañada por el temblor y rugido de la tierra, similar a los sonidos que acompañan un terremoto. El científico afirma que precisamente en el momento en el que en el Lago Ness supuestamente aparecía el misterioso monstruo se registraban terremotos de magnitud de tres a cuatro grados en la escala de Richter.
Puedes seguir leyendo la noticia en: http://actualidad.rt.com/ciencias/view/98963-lago-ness-monstruo-burbujas
Vlad Tepes (Dracula: El Vampiro original)
El día de hoy les traigo la verdadera historia del Vampiro original.
(Vlad Tepes o Drácula; Schässburg, c. 1428 - cerca de Bucarest, 1476) Noble rumano, paradigma de las más terribles atrocidades, de cuyo nombre se sirvió el escritor irlandés Bram Stoker para la creación del protagonista de Drácula (1897), novela que dio forma definitiva al mito del vampiro. Príncipe de Valaquia, reinó entre 1456 y 1462 como Vlad III, aunque es más conocido como Vlad Tepes (que significa Vlad el Empalador) o como Vlad Drácula (Vlad, hijo de Dracul). El epíteto "Dracul" (en rumano moderno, "el Diablo") es para algunos el apodo que los súbditos habían dado a su padre, también célebre por su crueldad, mientras otros estudiosos lo traducen como "el Dragón", y lo consideran un título honorífco adoptado por su padre tras ingresar en la Orden del Dragón.
Nacido en Schässburg, cerca de Valaquia, antiguo principado danubiano situado en los Cárpatos, Vlad Tepes fue uno de los tres hijos legítimos de Vlad Dracul, príncipe de Valaquia y miembro de la Orden del Dragón. Esta orden, en la cual ingresó Vlad por concesión de Segismundo de Luxemburgo en el año 1431, tenía como emblema una serpiente alada, símbolo del diablo en la cultura folclórica rumana, y en sus filas se encontraba una larga estirpe de fieros guerreros.
Vlad Tepes vivió una infancia traumática, hecho que sin duda resultó determinante a la hora de conformar su sádica personalidad. A la temprana edad de trece años fue entregado como rehén a los turcos por su propio padre. Durante su cautiverio, el joven Vlad fue adiestrado en las artes de la guerra, pero tras la muerte de su padre desertó de las filas turcas y reunió su propio ejército. En 1456 vio cumplido su sueño al convertirse en príncipe de Valaquia.
Fue entonces cuando empezó a forjarse la leyenda sobre el sadismo de Vlad Tepes, a quien se atribuyen más de cien mil muertes entre 1456 y 1462, período de su reinado. Los detalles que han trascendido a través de documentos y grabados de la época ponen de manifiesto la falta de escrúpulos con la que Vlad Tepes ejecutaba a sus enemigos. Así, era generalizada la práctica del empalamiento, consistente en ensartar los cuerpos moribundos de los opositores al príncipe en altas estacas de madera. También se practicaban la incineración y el desollamiento de los prisioneros, torturas todas ellas con las que el príncipe parecía disfrutar sobremanera.
La brutal ofensiva turca llevada a cabo en 1462 contra los disidentes de Valaquia obligó a Vlad Tepes a huir a Hungría. Una vez allí pidió asilo al rey húngaro, quien, lejos de atender sus peticiones, lo encarceló durante doce años, alegando falsas acusaciones. Pero ni siquiera durante su cautiverio logró Vlad Tepes reprimir sus impulsos sádicos, y al parecer sobornaba a menudo a sus carceleros para conseguir aves a las que desplumaba sin piedad. La fortuna volvió a sonreírle en 1475, cuando el rey de Hungría puso a su disposición un ejército a fin de recuperar para su reino el territorio de Valaquia. Un año más tarde, en noviembre de 1476, Vlad Tepes volvía a hacerse con el control del principado. Sin embargo, apenas unas semanas después, cayó en una emboscada de los turcos, que lo asesinaron y exhibieron su cabeza en Estambul.
(Vlad Tepes o Drácula; Schässburg, c. 1428 - cerca de Bucarest, 1476) Noble rumano, paradigma de las más terribles atrocidades, de cuyo nombre se sirvió el escritor irlandés Bram Stoker para la creación del protagonista de Drácula (1897), novela que dio forma definitiva al mito del vampiro. Príncipe de Valaquia, reinó entre 1456 y 1462 como Vlad III, aunque es más conocido como Vlad Tepes (que significa Vlad el Empalador) o como Vlad Drácula (Vlad, hijo de Dracul). El epíteto "Dracul" (en rumano moderno, "el Diablo") es para algunos el apodo que los súbditos habían dado a su padre, también célebre por su crueldad, mientras otros estudiosos lo traducen como "el Dragón", y lo consideran un título honorífco adoptado por su padre tras ingresar en la Orden del Dragón.
Nacido en Schässburg, cerca de Valaquia, antiguo principado danubiano situado en los Cárpatos, Vlad Tepes fue uno de los tres hijos legítimos de Vlad Dracul, príncipe de Valaquia y miembro de la Orden del Dragón. Esta orden, en la cual ingresó Vlad por concesión de Segismundo de Luxemburgo en el año 1431, tenía como emblema una serpiente alada, símbolo del diablo en la cultura folclórica rumana, y en sus filas se encontraba una larga estirpe de fieros guerreros.
Vlad Tepes vivió una infancia traumática, hecho que sin duda resultó determinante a la hora de conformar su sádica personalidad. A la temprana edad de trece años fue entregado como rehén a los turcos por su propio padre. Durante su cautiverio, el joven Vlad fue adiestrado en las artes de la guerra, pero tras la muerte de su padre desertó de las filas turcas y reunió su propio ejército. En 1456 vio cumplido su sueño al convertirse en príncipe de Valaquia.
Fue entonces cuando empezó a forjarse la leyenda sobre el sadismo de Vlad Tepes, a quien se atribuyen más de cien mil muertes entre 1456 y 1462, período de su reinado. Los detalles que han trascendido a través de documentos y grabados de la época ponen de manifiesto la falta de escrúpulos con la que Vlad Tepes ejecutaba a sus enemigos. Así, era generalizada la práctica del empalamiento, consistente en ensartar los cuerpos moribundos de los opositores al príncipe en altas estacas de madera. También se practicaban la incineración y el desollamiento de los prisioneros, torturas todas ellas con las que el príncipe parecía disfrutar sobremanera.
La brutal ofensiva turca llevada a cabo en 1462 contra los disidentes de Valaquia obligó a Vlad Tepes a huir a Hungría. Una vez allí pidió asilo al rey húngaro, quien, lejos de atender sus peticiones, lo encarceló durante doce años, alegando falsas acusaciones. Pero ni siquiera durante su cautiverio logró Vlad Tepes reprimir sus impulsos sádicos, y al parecer sobornaba a menudo a sus carceleros para conseguir aves a las que desplumaba sin piedad. La fortuna volvió a sonreírle en 1475, cuando el rey de Hungría puso a su disposición un ejército a fin de recuperar para su reino el territorio de Valaquia. Un año más tarde, en noviembre de 1476, Vlad Tepes volvía a hacerse con el control del principado. Sin embargo, apenas unas semanas después, cayó en una emboscada de los turcos, que lo asesinaron y exhibieron su cabeza en Estambul.
jueves, 26 de septiembre de 2013
La noche de los Santos
Historias de Terror.
Me cuesta mucho hablar sobre esta historia porque se me ponen los pelos de punta. Es una historia real como la vida misma y desde entonces yo no rechazo ningún suceso paranormal. Esta experiencia me hizo ver que realmente existe algo sobrenatural en nuestro mundo.
Mientras que en EEUU se celebra halloween, aquí en España se celebra la noche de los Santos. En esta noche tan especial es tradición para muchos acercarse al cementerio para poner flores a los seres difuntos.
Yo me encontraba con mi hermana y nuestros amigos y decidimos acercarnos hasta el cementerio para ver el panorama. Resultó que en el cementerio no habia nadie ya que las personas solían ir a las 8 de la noche y ya eran pasadas las 10.
Nos adentramos y entre tanto gato merodeando y el simple hecho de que estaba en un cementerio, me empezó a entrar el pánico y le pedí a mi hermana que salieramos fuera, y eso fue lo que hicimos. Una vez fuera mis amigos se sentaron en el muro salvo una amiga y yo que nos quedamos de frente mirando hacia dentro del cementerio. Mientras mis amigos hablaban, yo con el pánico todavía en el cuerpo, no dejaba de mirar para adentro aterrorizada (cuando esto ocurrió tenía yo 13 años).
De repente, en un segundo nada más, ví algo espeluznante y a la vez ilógico. La silueta de una mujer anciana de cintura para arriba flotando, detrás le seguía unas piernas también flotando, luego un brazo con un carro de la compra y por último, el segundo brazo llevando a un perro con una correa. Todo esto como una especie de masa de humo blanco. Me puse a gritar no se si del susto o del terror y mi amiga chilló también. Yo pensé que ella había visto lo mismo que yo, pero no, ella solo chilló del susto.
Les conté a mis amigos lo que había visto y me calmaron diciéndome que habría sido una alucinación simplemente porque tenia miedo. Fuera lo que fuera pedi que nos fueramos de allí.
Según nos estabamos marchando nos encontramos allí mismo sentados en una ermita a dos chicos que iban con mi hermana a clase. Me vieron que estaba inquieta y nerviosa y me preguntaron que a ver que me pasaba. Nada más de cirles : es que he visto... me interrumpieron para decirme: ¿has visto esto y esto? y me dijeron exactamente lo mismo que yo había visto. Todos nosotros nos quedamos boquiabiertos sin saber que decir. Nos contaron que en otra ocasión ellos también lo vieron y que no habíamos sido los únicos.
Esto ya no se si sera cierto o no, pero nos dijeron que había una leyenda que decia que una mujer en su casa se fue a hacer una tortilla y cuando tenía la sartén en el fuego se dió cuenta de que no tenia huevos, asi que cogió el carro para aprovechar a comprar más cosas y salió de casa con su perro sin acordarse de quitar la sartén del fuego. Cuando volvía para su casa vio por la ventana que todo estaba ardiendo y corrió con la mala suerte de que la cogió un camión y la separara por la mitad en dos partes. Nos fuimos de alli pitando. Escalofriante.
Cada vez que paso por al lado del cementerio me acuerdo y procuro no mirar hacia el interior.
Desde entonces mis amigos y yo no hemos vuelto a hablar del tema ya que era evidente que lo que yo había visto era tan real como cierto.
La Ofrenda.
Historia de Terror.
Laura se durmió con odio a Marcos y al despertar no estaba en la cama donde se había acostado la noche anterior sino en la cueva del acantilado, mi guarida, en un universo que nada tiene que ver con el de los hombres y mujeres de la tierra.
Afuera, la tormenta infernal y eterna arreciaba sobre el mar que parecía reclamarle supremacía, ansiosos de alcanzarse el uno al otro para la batalla final.
Arriba, el rugir del cielo, con el viento que arrastraba por lo alto nubes negras como crespones fúnebres, que de vez en cuando dejaban ver una luna con el color de la infección.
Abajo, la monstruosa marejada azotaba una y otra vez el negro arrecife de coral y amenazaba con despedazarlo como una pesadilla del Kraken. Por momento aparecían restos de embarcaciones provenientes de otros tiempos.
Desnuda, ella vio con extrañeza el fuego que chisporroteaba a su lado y, temblorosa, volvió a mirar la tormenta de afuera pero esta vez algo había allí. La silueta inmóvil de un hombre con una mueca de risa. Alto, con fosforescentes ojos rojos de serpiente, colmillos y dientes de lobo.
Desnuda, ella vio con extrañeza el fuego que chisporroteaba a su lado y, temblorosa, volvió a mirar la tormenta de afuera pero esta vez algo había allí. La silueta inmóvil de un hombre con una mueca de risa. Alto, con fosforescentes ojos rojos de serpiente, colmillos y dientes de lobo.
Laura descubrió en esos ojos a Marcos y sonrió. Se sintió subyugada. Enamorada.
Se levantó sin ningún tipo de pudor con todo su cuerpo de piel blanca y sonrosada y se acurrucó entre mis brazos, sus manos recorrían mi pecho de piel escamosa. No le tuvo miedo a las garras de tres dedos del Amo de los Vientos y se estremeció cuando le acaricié la espalda y posé una zarpa en su cadera.
Afuera, el infierno estaba más desatado que nunca. Las olas voraces parecían ganar la batalla al acantilado que se deshacía en grandes trozos de roca y árboles que se alzaban como manos clamando desesperados al cielo negro y rugiente.
Ella levantó su cara y pegó su sonrisa a mis fauces, su lengua recorrió cada uno de mis afiliados dientes y le provocaron sangre. Sus labios y sus mejillas de colorearon de escarlata.
Sin dejar de sonreír, excitada y temblorosa, Laura se volvió, se inclinó, se entregó. Yo la poseí. Cambió el éxtasis y el dolor por la inmortalidad de Yog Sototh el Demonio de la Soledad.
Luego de la oscuridad, abrió pesadamente los ojos con el pitido lacerante del despertador, desnuda y sudorosa, en la cama de su departamento. Sintió un sabor acre en la boca, hizo una mueca de asco y escupió algo de sangre en la alfombra. Tenía que levantarse para ir a la oficina. Y una vez más odió a Marcos.
La Chaqueta
Leyendas Urbanas.
Un chico conoce a una preciosa chica en un bar, como la noche es fría le presta su chaqueta y se despide de ella hasta el día siguiente.
Un chico está estudiando un sábado para preparar sus exámenes de graduación. Para relajarse un poco decide ir a un pub que esta justo debajo de su casa. Se acerca a la barra y pide una coca-cola para despejarse.
De repente ve a una chica muy guapa y atractiva, era rubia, pelo largo, ojos claros y cuerpo frágil. Él se acerca a hablar con ella aprovechando que estaba sola en un extremo de la barra. Se presentan y se pasan hablando un par de horas hasta que ella dice que se tiene que ir a su casa ya que es muy tarde. El chico mientras va con ella a la puerta le intenta convencer de que le deje acompañarle a su casa, ella se niega.
La chica sale a la calle y empieza a tiritar, esa noche hace mucho frío y el chico en un acto de caballerosidad se quita la chaqueta y la envuelve con ella, aprovecha la situación para abrazar a la chica y acompañarla la mitad del camino a su casa, ella le pide que la deje continuar sola y él encuentra la excusa perfecta para volverla a ver otro día. Al dejarle la chaqueta podrá quedar de nuevo con ella para que se la devuelva. Ella le da su dirección y se despiden con un tierno beso.
Al día siguiente su corazón parece que va a explotar cuando se acerca a la dirección que la chica le señaló. Lleva casi toda la noche sin dormir pensando en ella y llama tímidamente a la puerta. Le recibe una mujer mayor que le pregunta quien es.
El chico pregunta por Laura, el nombre de la chica, y la mujer nerviosa y enfadada le recrimina que allí no hay ninguna Laura y que vaya a hacer bromas pesadas a otro lado.
Desesperado por perder a su amor, el chico insiste y es entonces cuando advierte que junto a la mesita de entrada a la casa hay una foto de Laura. La señala y le dice a la señora que ella es la chica a la que busca.
La mujer encolerizada le agarra de una oreja y le lleva a rastras hasta un cementerio cercano. Por el camino los ánimos se van suavizando y la mujer le cuenta entre lágrimas que Laura era su hija menor, había fallecido años atrás. La encontraron muerta camino a casa, al parecer una noche fría cuando volvía de divertirse con las amigas sufrió un ataque de asma del que no pudo sobrevivir.
Al llegar al cementerio y sin mediar palabra el chico señaló una de las tumbas – “Esa es la tumba de Laura” – la mujer le preguntó que como podía saberlo si nunca había estado…
Allí sobre su lápida estaba la chaqueta del chico.
Un chico conoce a una preciosa chica en un bar, como la noche es fría le presta su chaqueta y se despide de ella hasta el día siguiente.
Un chico está estudiando un sábado para preparar sus exámenes de graduación. Para relajarse un poco decide ir a un pub que esta justo debajo de su casa. Se acerca a la barra y pide una coca-cola para despejarse.
De repente ve a una chica muy guapa y atractiva, era rubia, pelo largo, ojos claros y cuerpo frágil. Él se acerca a hablar con ella aprovechando que estaba sola en un extremo de la barra. Se presentan y se pasan hablando un par de horas hasta que ella dice que se tiene que ir a su casa ya que es muy tarde. El chico mientras va con ella a la puerta le intenta convencer de que le deje acompañarle a su casa, ella se niega.
La chica sale a la calle y empieza a tiritar, esa noche hace mucho frío y el chico en un acto de caballerosidad se quita la chaqueta y la envuelve con ella, aprovecha la situación para abrazar a la chica y acompañarla la mitad del camino a su casa, ella le pide que la deje continuar sola y él encuentra la excusa perfecta para volverla a ver otro día. Al dejarle la chaqueta podrá quedar de nuevo con ella para que se la devuelva. Ella le da su dirección y se despiden con un tierno beso.
Al día siguiente su corazón parece que va a explotar cuando se acerca a la dirección que la chica le señaló. Lleva casi toda la noche sin dormir pensando en ella y llama tímidamente a la puerta. Le recibe una mujer mayor que le pregunta quien es.
El chico pregunta por Laura, el nombre de la chica, y la mujer nerviosa y enfadada le recrimina que allí no hay ninguna Laura y que vaya a hacer bromas pesadas a otro lado.
Desesperado por perder a su amor, el chico insiste y es entonces cuando advierte que junto a la mesita de entrada a la casa hay una foto de Laura. La señala y le dice a la señora que ella es la chica a la que busca.
La mujer encolerizada le agarra de una oreja y le lleva a rastras hasta un cementerio cercano. Por el camino los ánimos se van suavizando y la mujer le cuenta entre lágrimas que Laura era su hija menor, había fallecido años atrás. La encontraron muerta camino a casa, al parecer una noche fría cuando volvía de divertirse con las amigas sufrió un ataque de asma del que no pudo sobrevivir.
Al llegar al cementerio y sin mediar palabra el chico señaló una de las tumbas – “Esa es la tumba de Laura” – la mujer le preguntó que como podía saberlo si nunca había estado…
Allí sobre su lápida estaba la chaqueta del chico.
La Llorona
Leyendas Urbanas.
La Llorona es un alma en pena que pasa la noche vagando por las calles, su escalofriante lamento atemorizó durante siglos a todo aquel que lo escuchaba y generó una de las leyendas urbanas más conocidas de Mexico…
Consumada la conquista y poco más o menos a mediados del siglo XVI, los vecinos de la ciudad de México se recogían en sus casas con el toque de queda, avisado por las campanas de la primera Catedral; a media noche y principalmente cuando había luna, despertaban espantados al oír en la calle, tristes y prolongadisimos gemidos, lanzados por una mujer a quien afligía, sin duda, honda pena moral o tremendo dolor físico.
Las primeras noches, los vecinos se resignaban a santiguarse por el temor que les causaban aquellos lúgubres gemidos, que según ellos, petenecían un ánima del otro mundo; pero fueron tantos y tan repetidos y se prolongaron por tanto tiempo, que algunos osados quisieron cerciorarse con sus propios ojos qué era aquello; y primero desde las puertas entornadas, de las ventanas o balcones, y enseguida atreviéndose a salir a las calles, lograron ver a la que, en el silencio de las oscuras noches o en aquellas en que la luz pálida de la luna caía como un manto vaporoso lanzaba agudos y agónicos gemidos.
Vestía la mujer un traje blanco y un espeso velo cubría su rostro. Con lentos y callados pasos recorría muchas calles de la ciudad, cada noche tomaba distintas calles, pero siempre pasaba por la Plaza Mayor (hoy conocida como el Zocalo de la Capital), donde se detenía e hincada de rodillas, daba el último angustioso y languidísimo lamento en dirección al Oriente; después continuaba con el paso lento y pausado hacia el mismo rumbo y al llegar a orillas del lago, que en ese tiempo penetraba dentro de algunos barrios, como una sombra se desvanecía entre sus aguas.
“La hora avanzada de la noche, – dice el Dr. José María Marroquí- el silencio y la soledad de las calles y plazas, el traje, el aire, el pausado andar de aquella mujer misteriosa y, sobre todo, lo penetrante, agudo y prolongado de su gemido, que daba siempre cayendo en tierra de rodillas, formaba un conjunto que aterrorizaba a cuantos la veían y oían, y no pocos de los conquistadores valerosos y esforzados, quedaban en presencia de aquella mujer, mudos, pálidos y fríos, como de mármol. Los más animosos apenas se atrevían a seguirla a larga distancia, aprovechando la claridad de la luna, sin lograr otra cosa que verla desaparecer llegando al lago, como si se sumergiera entre las aguas, y no pudiéndose averiguar más de ella, e ignorándose quién era, de dónde venía y a dónde iba, se le dio el nombre de La Llorona.”
El Origen de la Llorona
El antecedente mas conocido de la leyenda de la llorona tiene sus raices en la mitologia Azteca. Una versión sostiene que es la diosa azteca Chihuacóatl, protectora de la raza. Cuentan que antes de la conquista española, una figura femenina vestida de blanco comenzó a aparecer regularmente sobre las aguas del lago de Texcoco y a vagar por las colinas aterrorizando a los habitantes del gran Tenochtitlán.
“Ay, mis hijos, ¿dónde los llevaré para que escapen tan funesto destino?”, se lamentaba.
Un grupo de sacerdotes decidió consultar viejos augurios. Los antiguos advirtieron que la diosa Chihuacóalt aparecería para anunciar la caída del imperio azteca a manos de hombres procedentes de Oriente. La aparición constituía el sexto presagio del fin de la civilización.
Con la llegada de los españoles al Continente Americano, y una vez consumada la conquista de Tenochtitlan, sede del Imperio Azteca, años mas tarde y después de que murio Doña Marina, mejor conocida como la “Malinche” (joven azteca que se convirtió en amante del conquistador español Hernán Cortés), se decía que esta era la llorona, la que venía a penar del otro mundo por haber traicionado a los indios de su raza, ayudando a los extranjeros para que los sometieran.
Las “Otras” Lloronas
Esta leyenda se extendio a otros lugares del Pais, manifestandose de diversas maneras. En algunos pueblos se decía que la llorona era una joven enamorada que habia muerto en vísperas de la boda y traía al novio la corona de rosas blancas que nunca utilizó.
En otras partes, se creía que era una madre que venía a llorarle a sus hijos huerfanos.
Algunos afirman que es una mujer que ahogó a uno de sus hijos y por la noche lo busca a lo largo de los riachuelos o quebradas, exhalando prolongados lamentos.
Otra descripción de la llorona es la siguiente:
Mujer de figura desagradable, alta y desmelenada, de vestido largo y rostro cadavérico. Con sus largos brazos sostiene a un niño muerto. Pasa la noche llorando, sembrando con sus sollozos lastimeros, el terror en los campos, aldeas, y aún en las ciudades.
Se hace referencia a este personaje acorde con la tradición oral, donde se le define como una madre soltera que decidió no tener a su hijo y por eso aborta, acarreándole esto el castigo de escuchar permanentemente el llanto de su niño. Este castigo la desesperó y la obligó a deambular por el mundo sin encontrar sosiego, llorando, gimiendo e indagando por el paradero de su malogrado hijo.
La Llorona es un alma en pena que pasa la noche vagando por las calles, su escalofriante lamento atemorizó durante siglos a todo aquel que lo escuchaba y generó una de las leyendas urbanas más conocidas de Mexico…
Consumada la conquista y poco más o menos a mediados del siglo XVI, los vecinos de la ciudad de México se recogían en sus casas con el toque de queda, avisado por las campanas de la primera Catedral; a media noche y principalmente cuando había luna, despertaban espantados al oír en la calle, tristes y prolongadisimos gemidos, lanzados por una mujer a quien afligía, sin duda, honda pena moral o tremendo dolor físico.
Las primeras noches, los vecinos se resignaban a santiguarse por el temor que les causaban aquellos lúgubres gemidos, que según ellos, petenecían un ánima del otro mundo; pero fueron tantos y tan repetidos y se prolongaron por tanto tiempo, que algunos osados quisieron cerciorarse con sus propios ojos qué era aquello; y primero desde las puertas entornadas, de las ventanas o balcones, y enseguida atreviéndose a salir a las calles, lograron ver a la que, en el silencio de las oscuras noches o en aquellas en que la luz pálida de la luna caía como un manto vaporoso lanzaba agudos y agónicos gemidos.
Vestía la mujer un traje blanco y un espeso velo cubría su rostro. Con lentos y callados pasos recorría muchas calles de la ciudad, cada noche tomaba distintas calles, pero siempre pasaba por la Plaza Mayor (hoy conocida como el Zocalo de la Capital), donde se detenía e hincada de rodillas, daba el último angustioso y languidísimo lamento en dirección al Oriente; después continuaba con el paso lento y pausado hacia el mismo rumbo y al llegar a orillas del lago, que en ese tiempo penetraba dentro de algunos barrios, como una sombra se desvanecía entre sus aguas.
“La hora avanzada de la noche, – dice el Dr. José María Marroquí- el silencio y la soledad de las calles y plazas, el traje, el aire, el pausado andar de aquella mujer misteriosa y, sobre todo, lo penetrante, agudo y prolongado de su gemido, que daba siempre cayendo en tierra de rodillas, formaba un conjunto que aterrorizaba a cuantos la veían y oían, y no pocos de los conquistadores valerosos y esforzados, quedaban en presencia de aquella mujer, mudos, pálidos y fríos, como de mármol. Los más animosos apenas se atrevían a seguirla a larga distancia, aprovechando la claridad de la luna, sin lograr otra cosa que verla desaparecer llegando al lago, como si se sumergiera entre las aguas, y no pudiéndose averiguar más de ella, e ignorándose quién era, de dónde venía y a dónde iba, se le dio el nombre de La Llorona.”
El Origen de la Llorona
El antecedente mas conocido de la leyenda de la llorona tiene sus raices en la mitologia Azteca. Una versión sostiene que es la diosa azteca Chihuacóatl, protectora de la raza. Cuentan que antes de la conquista española, una figura femenina vestida de blanco comenzó a aparecer regularmente sobre las aguas del lago de Texcoco y a vagar por las colinas aterrorizando a los habitantes del gran Tenochtitlán.
“Ay, mis hijos, ¿dónde los llevaré para que escapen tan funesto destino?”, se lamentaba.
Un grupo de sacerdotes decidió consultar viejos augurios. Los antiguos advirtieron que la diosa Chihuacóalt aparecería para anunciar la caída del imperio azteca a manos de hombres procedentes de Oriente. La aparición constituía el sexto presagio del fin de la civilización.
Con la llegada de los españoles al Continente Americano, y una vez consumada la conquista de Tenochtitlan, sede del Imperio Azteca, años mas tarde y después de que murio Doña Marina, mejor conocida como la “Malinche” (joven azteca que se convirtió en amante del conquistador español Hernán Cortés), se decía que esta era la llorona, la que venía a penar del otro mundo por haber traicionado a los indios de su raza, ayudando a los extranjeros para que los sometieran.
Las “Otras” Lloronas
Esta leyenda se extendio a otros lugares del Pais, manifestandose de diversas maneras. En algunos pueblos se decía que la llorona era una joven enamorada que habia muerto en vísperas de la boda y traía al novio la corona de rosas blancas que nunca utilizó.
En otras partes, se creía que era una madre que venía a llorarle a sus hijos huerfanos.
Algunos afirman que es una mujer que ahogó a uno de sus hijos y por la noche lo busca a lo largo de los riachuelos o quebradas, exhalando prolongados lamentos.
Otra descripción de la llorona es la siguiente:
Mujer de figura desagradable, alta y desmelenada, de vestido largo y rostro cadavérico. Con sus largos brazos sostiene a un niño muerto. Pasa la noche llorando, sembrando con sus sollozos lastimeros, el terror en los campos, aldeas, y aún en las ciudades.
Se hace referencia a este personaje acorde con la tradición oral, donde se le define como una madre soltera que decidió no tener a su hijo y por eso aborta, acarreándole esto el castigo de escuchar permanentemente el llanto de su niño. Este castigo la desesperó y la obligó a deambular por el mundo sin encontrar sosiego, llorando, gimiendo e indagando por el paradero de su malogrado hijo.
La Chica de la Curva
Leyendas Urbanas.
Una de las más escalofriantes leyendas urbanas, la chica de la curva, un fantasma atormentado que busca venganza en la curva en la que fue atropellada.
Una de las más escalofriantes leyendas urbanas, la chica de la curva, un fantasma atormentado que busca venganza en la curva en la que fue atropellada.
Pasaban quince minutos de las nueve de la noche cuando Cobos decidió irse. Llevaba varias horas delante de la pantalla del ordenador, sin apenas pestañear y pensó que ya era hora de marchar a casa.
Fuera, en la calle, ya había anochecido hacía un buen rato. El viento soplaba con una fuerza inusitada, como antesala de una tormenta que estaba a punto de llegar.
Antes de cerrar la oficina con su llave, tecleó en la pequeña consola la clave para activar la alarma electrónica. Esperó unos segundos tras cerrar la puerta hasta que escuchó un pitido agudo que indicaba que la alarma quedaba en servicio, y con un gesto instintivo se echó la gabardina por encima de los hombros. El frío arreciaba y empezaba a lloviznar.
Con paso rápido alcanzó su vehículo, un viejo Renault verde oscuro que pese a los años, se encontraba en bastante buen estado. Abríó la puerta y con rapidez se introdujo en su interior.
Introdujo la llave en el contacto y en breves segundos una tenue luz dió vida al cuadro de mandos. Giró la rueda de la calefacción al tope, y se dispuso a iniciar la marcha hacia su hogar.
La tormenta se fue volviendo cada vez más virulenta a medida que se alejaba de la oficina. Aún le quedaban unos 50 kilómetros hasta llegar a su casa, situada en las afueras de una pequeña ciudad dormitorio. Decidió encender la radio para hacer el trayecto más apacible; sin embargo la grave voz del locutor de ese programa de misterio que tanto le perturbaba, inundó el oscuro interior del vehículo.
Giró a la derecha para incorporarse a la carretera comarcal por la que tendría que transitar varios kilómetros. No le gustaba nada regresar a casa por este camino, máxime cuando hacía una noche tan desapacible como esta, ya que el firme no se encontraba en buen estado y apenas había iluminación. De hecho se había producido en ella varios accidentes en los últimos años, alguno de ellos mortal. Esto también había dado lugar a habladurías de la gente, que afirmaba que en una curva se aparecía una mujer joven vestida de blanco y con aspecto desaliñado.
Cobos no era una persona que diera mucho crédito a este tipo de historias. Sin embargo tenía que reconocer que había algo en esa carretera que le provocaba una sensación extraña, de intranquilidad.
Ya había dejado atrás las luces de la pequeña ciudad, y la oscuridad lo inundaba todo. Sólo el resplandor de los faros delanteros era capaz de romper con la negrura de esa noche sin luna. De pronto, una sensación muy extraña se apoderó de él. Se dió cuenta que no se escuchaba ningún ruido, salvando la radio y el sonido del motor y los neumáticos sobre la gravilla.Decidió parar en el arcén sin saber bien para qué, ni que se encontraría. Abrió la puerta del coche y salió. Fuera llovía copiosamente, pero apenas se escuchaba algo más que el ruido del motor y el golpeteo de las gotas de lluvia en el techo del coche. Se introdujo de nuevo en el vehículo, e inició la marcha, sin haber despejado del todo ese hormigueo que tenía en el estómago.
Su incertidumbre duró poco tiempo. Al mirar por el retrovisor interior del coche se dió cuenta de que no iba solo. Una mujer totalmente empapada, con un vestido blanco, y la mirada ausente se encontraba en el asiento trasero.
Era imposible que se encontrara allí: el vehículo sólo tenía dos puertas y de ninguna forma se podía acceder a la parte trasera, salvo por la puerta del lado del conductor, ya que la otra se encontraba averiada desde hacía varios días y no se podía abrir.
Su corazón empezó a latir aceleradamente. Frenó en seco y con sus manos se tapó el rostro, con la esperanza de que todo fuera fruto de su imaginación. Sin embargo al volver a mirar por el retrovisor, la figura seguía sentada en el mismo lugar.
Cobos se giró y balbuceando preguntó a la mujer quién era, y que hacía allí. Sin embargo esta no articuló palabra. Su mirada seguía perdida Dios sabe donde…
No podía ser. No podía estar nadie allí. No podía ocurrir que esa vieja historia de la mujer de la curva le estuviera ocurriendo a él. No creía en ese tipo de tonterías. Decidió salir del coche y echar un vistazo desde fuera. Tenía que ser fruto de su imaginación.
Asió la palanca de la puerta con la mano dispuesto a abandonar el coche, y de repente sintió una fuerte presión en el cuello. Notó como dos manos frías como el acero le presionaban impidiendo el paso de aire a los pulmones. Miró sorprendido por el retrovisor y la imagen que vió le provocó pánico. La mujer ya no tenía esa mirada fria y distante sino todo lo contrario: los ojos parecían que se iban a salir de las órbitas y reflejaban un odio que nunca había visto en ningunta otra mirada.
Intentó zafarse de las manos de la mujer pero le resultó imposible. Poco a poco, a medida que el oxigeno apenas llegaba a sus pulmones, fue perdiendo la consciencia, seguro de que iba a morir, pero sin entender aún porqué. Hasta que la mujer aproximó sus labios y dijo con una voz carente de expresión: nos veremos en el infierno, donde estoy desde aquella noche que me atropellaste en la curva que acabamos de pasar. ¿Recuerdas?
Fueron las últimas palabras que escuchó. Después reinó la oscuridad más absoluta.
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