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lunes, 30 de septiembre de 2013

LA KUNDALINI Y SU PODER LATENTE


Un poder oculto en nuestro interior

Desde hace más de mil años, en las religiones asiáticas se hablaba de una fuerza mística conocida como la "Kundalini". Muchos fueron los nombres que, a lo largo de los siglos, culturas y diversas tradiciones tanto orientales como occidentales, recibió esta avasalladora potencia energética que yace en la base de nuestra columna, esperando a ser despertada para abrirnos las puertas a un mundo de poder, emancipación y trascendencia: orgone, esprit, loosh, prana, elan vital y bio-electricidad, fueron, entre otros, algunos de los nombres con que se designó o aludió.

Según cuentan, el ascenso de la kundalini es como el de una "energía líquidamente magnética", que va subiendo por nuestra columna como si fuese una ola de electricidad y luz que nos recorre, haciéndonos sentir más como un ser de energía que como un ser de materia.

Los síntomas físicos que acompañan el proceso de su despertar no siempre son placenteros, pueden incluir movimientos involuntarios, zumbidos en los oídos, vibraciones u hormigueos en la cabeza, y otros muchos que más adelante se detallarán. Sin embargo, siempre debemos indagar si estos tienen una causa médica palpable, antes de creer que realmente estamos despertando a la kundalini.

Descripción clásica

Kundalini significa "enroscarse", significado este que metafóricamente alude al proceso de ascensión de la conciencia, que en términos de la Geometría Sagrada puede graficarse mediante una espiral que representa tanto los rizos del tiempo como el juego de polaridades en que nos movemos. En base a este sentido, dentro del Hatha Yoga y otras corrientes, la kundalini es simbólicamente descrita como una serpiente que yace enroscada en la base de la columna.


También conocida como "el fuego serpentino", la kundalini está aludida en el famoso Báculo de Hermes o Caduceo, ya que al subir describe una trayectoria semejante a dos serpientes entrelazadas. Por otra parte, no es fortuito que los médicos hayan adoptado el Báculo de Hermes como símbolo de su profesión, puesto que, aunque en la práctica muchas veces no se dé a causa de desequilibrios psíquico-emocionales, por esencia la kundalini siempre apunta a un proceso de crecimiento y de regeneración, de sanación en cierta forma.
Ahora bien, este reservorio de "energía creativa" que es la kundalini, ha sido descrita por Kashmir Shaivism como poseedora de tres aspectos o dimensiones distintas:
Primero, la para-kundalini o energía universal.
Segundo, la prana-kundalini o "función energizante del complejo cuerpo-mente"
Tercero, la shakti-kundalini o conciencia, que funciona como intermediadora entre los dos aspectos antes descritos de la kundalini
Por otra parte, desde que empezó a teorizarse sobre la kundalini, se señaló que ésta está vinculada a la energía sexual del individuo, en una dinámica tal que, cuando asciende, toma a la energía sexual y, a medida que va ascendiendo desde el primer chakra hasta el último, la va espiritualizando, refinando, transformando en una forma progresivamente más sútil y elevada de energía, que en su cúspide puede activar facultades paranormales como el poder para realizar viajes astrales, la capacidad telepática o la clarividencia.


La kundalini y nuestra conexión cósmica

La Kundalini puede ser despertada a través de la meditación Yoga —que incluye el Mantra Yoga, el Hatha Yoga, el Laya Yoga o el Kriya Yoga— y otras formas de meditación.
La energía que llega a través de la parte inferior del cuerpo es la llamada "Energía de la Tierra", vinculada al yo primitivo, al yo físico, que se conecta con los elementos de la Naturaleza y con ésta entendida holísticamente.

El cuerpo humano, en tanto cuerpo de energía, puede funcionar como un canal para la "Energía de la Tierra". Sin embargo, desde las primeras civilizaciones, el hombre ha mostrado un cierto temor y aprensión a conectarse con ese "allá arriba" que subyace a la posibilidad de vincularse espiritualmente con la Naturaleza. Vinculado a eso, desde nuestros primeros años mostramos un conflicto entre la curiosidad y el miedo. En este contexto, muchas personas aprendieron a volverse pasivas debido a algún trauma de infancia; o bien, en casos opuestos, a volverse determinadas y resueltas, mas la mayoría se fijó en algún punto medio.

Cuando alguien, durante un intervalo de meditación, reposo o acción enfocada, libera subitamente todas sus preocupaciones sobre las cosas de su vida que involucran la polarización y el conflicto, experimenta un considerable cambio energético que, en virtud de un dejar de lado compensaciones y bloqueos, le convierte en canal para que se manifieste el espíritu que permite la realización-expresión del verdadero ser. Es en ese momento cuando el "Alma de la Tierra" (la energía universal, el prana, etc) se fusiona con esa persona y le envía un tono energético que asciende por su columna hasta el chakra coronario, provocando, aunque sea momentáneamente, un contacto con la emancipación espiritual, o un avance hacia la misma, siempre con la implicación de lo que se podría denominar un "lapso de reconexión cósmica".

Evolución espiritual y crisis

Hay ocasiones en que las energías de la kundalini se activan con un golpe en la cabeza u otro incidente físico. Sea por ello, o porque el propio individuo busca (con meditación, yoga u otras prácticas) un despertar acelerado de la kundalini, despertarla muy pronto puede tener graves efectos emocionales, por lo que no se recomienda intentar despertar la kundalini a quien no ha alcanzado un cierto grado de equilibrio psicológico.
Según dicen muchos maestros espirituales, actualmente la Humanidad está atravesando por un período en que muchos individuos, sin buscarlo, experimentan un despertar de la kundalini, manifestado primordialmente en una especie de sed por lo espiritual y trascendente; sin embargo, si el individuo no escucha a su espíritu y se afana en aferrarse a una parte de sí que debe morir en aras de la evolución espiritual, no solo que tendrá crisis psicológicas (de depresión, de agotamiento, de hastío, de vacío existencial, etc) sino que incluso podría enfermarse físicamente... Dijo por ello un maestro: "Si no pueden aprender a seguir a su espíritu sin vacilar, entonces eventualmente terminarán siguiendo a su vacilación sin espíritu."
Y es que, para vivir en este mundo terrenal, dicen que cada uno de nosotros ha desarrollado "rúbrica energética", una frecuencia que representa la postura que tomamos respecto a cómo vemos al mundo, a nosotros mismos y a la vida en general. Y la rúbrica energética de cada uno comporta un conjunto de configuraciones, de sub-disposiciones (ligadas a todos los aspectos de nuestra personalidad) que, si tenemos que abandonar para que la kundalini despierte y aún así no abandonamos, ésta atacará provocándonos crisis que, tarde o temprano, nos llevarán a abandonarlas (a esas disposiciones-configuraciones que debimos dejar antes) para finalmente dejar que nuestro espíritu evolucione y podamos encontrar y manifestar nuestra verdadera esencia. Es por todo esto que el proceso de ascención de la kundalini se ha equiparado a un "morir y renacer"


Resultados de abrir la kundalini

Cuando realmente logramos despertar a la kundalini en toda su plenitud, experimentamos magníficas recompensas como:
• Clarividencia y clariaudiencia
• Conexión cósmica
• Expansión y sublimación de nuestra mente
• Superación de nuestro ego y de las ataduras internas que éste representa.
• Despertar del amor incondicional
• Consecución de un gozo espiritual que trasciende a las circunstancias concretas de nuestra vida

Síntomas del proceso de despertar de la kundalini

Lo anterior suena maravilloso, sin embargo, en el camino hacia esas recompensas espirituales propias de la plena activación de la kundalini, se da un amplio abanico de síntomas concretos, no todos los cuales son agradables:
• Calambres, espasmos
• Sensación de energía o electricidad que circula por el cuerpo.
• Comezones, vibraciones, pinchazos, estremecimientos o aguijoneos
• Intenso calor o frío sin motivo aparente
• Movimientos corporales involuntarios, sobre todo cuando se está meditando o durmiendo.
• Alteración en los patrones de digestión y sueño
• Episodios, alternados o solos, de hiperactividad y abundancia de energía o, por el contrario, de fatiga crónica
• Aumento o disminución del deseo sexual
• Presiones o latidos en la cabeza
• Palpitaciones cardíacas y hasta dolores de pecho en ciertos casos
• Adormecimiento de miembros, sobre todo del pie y la pierna izquierdos
• Inestabilidad anímica y explosiones emocionales de tristeza, enojo, angustia, miedo, alegría, etc...
• Vocalizaciones espontáneas
• Zumbidos u otros ruidos raros y más o menos frecuentes en los oídos
• Confusión mental
• Estados alterados de conciencia: gran claridad mental sin razón aparente, arrebatos de misticismo o enajenamiento, etc.
• Agradable energía en la coronilla (localizada en la parte superior del cráneo), como un hormigueo eléctrico que hace sentir que uno emana luz, a la vez que da un sentimiento de emancipación interna, amor, gozo, etc.
• Intervalos de amor, paz y compasión.
• Experiencias psíquicas o extracorpóreas
• Aumento de la creatividad e imaginación, que se puede manifestar en mayor disfrute o creación de arte.
• Sabiduría espiritual y sensibilidad humana incrementadas
• Sentimiento de trascendencia




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