El misterio comenzó el pasado 9 de septiembre, cuando los residentes de una calle en el barrio de Mortlake, al oeste de Londres, despertó en una tranquila mañana de domingo para encontrar el cuerpo sin vida de un hombre negro en la acera de la avenida Portman, cerca de una tienda de conveniencia, una tienda de lencería de lujo y una tienda de chinos.
La policía creyó en un principio que el hombre fue víctima de un asesinato y acordonaron toda la zona. Al día siguiente, sin embargo, la policía llegó a la conclusión de que el hombre era un polizón que se había caído de un avión donde viajaba oculto en el tren de aterrizaje, y que cayó justo en ese punto mientras el aparato se disponía a aterrizar en el cercano aeropuerto de Heathrow.
El aparente polizón iba indocumentado, solo llevaba encima algún dinero de Angola, lo que hace pensar a la policía que era de esa nacionalidad sobretodo al comprobar que ese día y sobre la hora en que fue encontrado el cuerpo, un avión angoleñó había aterrizado en el aeropuerto de Heathrow.
El cuerpo corresponde a un varón de edad aproximada de entre 20 y 30 años y luce en la parte superior del brazo izquierdo un tatuaje con las letras Z y G. Vestía pantalones vaqueros, una sudadera gris y zapatillas deportivas blancas.
La posterior autopsia confirmó que la vícitma presentaba lesiones múltiples, aunque no fueron estas las causas de la muerte. Probablemente el hombre falleció en la primera hora de vuelo, donde el avión alcanza la altitud de crucero, y donde las temperaturas pueden descender a 40 0 5o grados bajo cero. La zona del tren de aterrizaje no esta presurizada, de forma que la presión y las temperaturas en ese lugar son inaguantables para una persona.
La policía cree que en el momento en que el avión abrió el tren de aterrizaje, el cuerpo, ya sin vida del africano, cayó sobre el pavimento del barrio de Mortlake donde fue descubierto por los vecinos.
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