Fue en 1974 cuando la familia Betz estaba revisando los daños producidos por un incendio que habían devastado 88 Hectáreas de bosque, en una zona del área quemada, encontraron una extraña esfera plateada de unos 20 cm de diámetro, perfectamente pulida a excepción de un curioso triangulo alargado que tenía grabado en su superficie.
Los Betz, inicialmente pensaron que el artefacto pertenecía a la NASA o quizás se trataba de alguna pieza de un satélite espía soviético, pero finalmente decidieron guardarlo como un recuerdo de aquel incendio.
Pasaron dos semanas y el hijo de la familia se puso a tocar la guitarra en la habitación donde los Betz habían colocado la esfera, de repente, la esfera comenzó a reaccionar con las melodías que la guitarra emitía, al mismo tiempo la esfera se puso a emitir un sonido palpitante y una resonancia que incluso ahuyento al perro de la familia.
Al poco tiempo, descubrieron que la esfera tenía mas propiedades extrañas, podía detenerse y cambiaba de dirección cuando se la empujaba por el suelo regresando a la persona que la había impulsado como si de un perro fiel se tratase.
Cuando la esfera estaba expuesta al sol, parecía adquirir un brillo mas intenso, como si de alguna manera se cargase de energía.
La noticia corrió como la pólvora y muchos medios de comunicación quisieron conocer las extrañas propiedades de la esfera, el New York Times, el Diario de Londres pudieron ser testigos entre otros de los prodigios que la esfera efectuaba.
Los científicos que incluso las fuerzas armadas enviaron se vieron desconcertados con los “trucos” que la esfera era capaz de hacer, a solicitud de estos, se insto a la familia Betz que se les permitiera examinar en sus instalaciones militares dicha esfera, algo que los Betz rechazaron.
Pero la esfera al tiempo, comenzó a efectuar extraños comportamientos, en la casa se producían efectos poltergeist, las puertas daban portazos por la noche, una extraña música de órgano se escuchaba en toda la casa que parecía proceder de ninguna parte, fue en ese preciso instante cuando la familia Betz decide permitir a los científicos militares examinar el extraño orbe.
Las conclusiones a las que llegaron, fue que la esfera era únicamente de acero inoxidable de alta calidad y en ella no había ninguna anomalía.
Buscando una explicación al fenómeno, descubrieron que años antes de que los Betz encontrasen la esfera un escultor había perdido en el camino cercano al bosque incendiado, el escultor cuyo nombre era James Durling Jones, transportaba varias esferas similares en su camioneta cuando el bacheado camino permitió que una de ellas se saliese del vehículo y acabase en el bosque, aparentemente, las bolas eran similares a la esfera de los Betz.
Algunos afirmaban que el movimiento de la esfera era debido a la irregularidad del suelo de la casa de los Betz y la sonoridad que emitía se producía por las partículas metálicas adheridas en el interior durante el proceso de fabricación.
Lo cierto es que estas explicaciones no parecen ser suficientemente satisfactorias para explicar los efectos que la esfera generaba, quizás con ello se silenció a la opinión publica y el asunto quedo archivado.
Es como si la esfera hubiese sido poseída por alguna forma de inteligencia burlona que pretendió tomar el pelo a los Betz, sospechamos que hay más de fondo que lo que aparentemente se nos presenta.
Con la experiencia he descubierto que muchas teorías y extraños artefactos, han sido desmontados mediáticamente, es mejor destruir la reputación del artefacto que al mismo artefacto.
¿Quién sabe?…
Fuente: Mundodesconocido.es
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