Entendiendo antiguos conceptos
Entendemos por "Magia" a la ciencia o el arte que enseña a hacer cosas extraordinarias. También a todo aquello que nos relaciona operando con energías y fuerzas ocultas de la naturaleza; a todo cuanto lleva implícito alguna vinculación con lo sobrenatural, extrasensorial, espiritual; o en definitiva, algo que sea ajeno a aquello que vemos, medimos, pesamos o sencillamente conocemos. Para formar parte de su mundo, normalmente debemos hacerlo a través de un ritual o ceremonia. Pero también podemos contemplar el significado de la palabra "Magia" al referirnos al encanto, hechizo o atractivo que una determinada cosa transmite o nos deleita. Así, se habla de la magia del amor, de la poesía, de la música, del universo, de la radio, del fútbol.
La magia ha ido asociada a la brujería. Creo que sin ningún fundamento. La definición de "bruja" - o brujo - hace referencia a la mujer que tiene pacto con el diablo y hace cosas extraordinarias por su medio. Y la definición de "brujería" sería más o menos: "la superstición y engaños en que cree el vulgo que se ejercitan las brujas". Lo que parece evidente que nos encontramos ante un resurgir de toda clase de experiencias relacionadas con la brujería y el satanismo. Su campo de acción es muy amplío y a la vez difuso, abarcando fenómenos que van desde el popular "mal de ojo", hasta los hechizos, conjuros, rituales, talismanes, amuletos, fetiches, vudú y un largo etcétera. Abarcar toda la perspectiva del tema en un pequeño artículo es tarea imposible. No obstante vamos a hacer algunas breves puntualizaciones sobre el mundo de la magia y la brujería.
Parece ser, que los objetos reaccionan entre sí por una especie de "simpatía o afinidad". Las cosas que han permanecido alguna vez en contacto entre sí, reaccionan incluso a distancia, aunque se haya cortado el contacto físico. De esta forma, un hechicero podría cortar un trozo de uña, o un mechón de una persona para "embrujarla" a distancia. La magia negra es la peor de todas, pues pretende ni más ni menos que esclavizar la mente y el cuerpo de otro individuo. Hay muchos tipos de magia, aparte de la negra; existe magia blanca, verde, roja, etc. Como su nombre indica, la blanca sería la más benigna y solo influiría para ayudar o hacer el bien a otra persona.
Quienes practican los diversos tipos de magia, están convencidos que unos poderosos espíritus, gobiernan los cuatro elementos de la naturaleza: Fuego, Tierra, Aire y Agua, y de que existen, además, unos espíritus menores, que residen en las montañas y en los ríos, en los mares y en las nubes, en el aire y en el fuego, así como en el mundo animal. Entre estos elementales de la naturaleza, encontramos a los gnomos, las hadas, las sílfides, las ondinas, las salamandras, las sirenas. En cualquier caso estas entidades estarían obligadas a obedecer las ordenes de la persona que domina "las artes mágicas".
Si nos documentamos sobre lo que es la Magia y la Brujería, nos sorprendería saber que los antiguos paganos, celebraban sus cultos bajo los árboles altos porque utilizaban para sus ritos la fuerza de las cosas en crecimiento. Existía la arraigada costumbre de construir iglesias cristianas en los lugares exactos donde antes habían estado construidos santuarios paganos. La gente solía pensar que ello obedecía a un deseo de reemplazar a la antigua religión y a que el lugar resultaba ya familiar a los habitantes de la zona. Pero eso era verdad solo en parte. Porque se conocía que las energías emocionales procedentes de los adoradores, acumuladas durante centurias, seguían flotando en los ambientes y podían ser utilizadas por los sacerdotes para crear una atmósfera religiosa más densa en torno a la misa, la respuesta cristiana al antiguo rito pagano.
Siempre ha existido un mundo paralelo y hermético que acompaña a la Humanidad desde tiempos remotísimos y tiende a aparecer o pasar desapercibido, según las circunstancias históricas y sociológicas: nos referimos al mundo de la brujería, que por cierto, es mucho más un mundo de mujeres que de hombres. Y vamos a ser muy poco originales si decimos lo de "haberlas, haylas". Y las hay desde siempre, desde que la Humanidad es Humanidad, en todos los continentes y en todas las culturas.
Y no estamos hablando de grupos de que grupos primitivos e ignorantes reverenciaran a los brujos y hechiceras, se trata de que en Roma, el mayor imperio que conoció Occidente, el que construyó carreteras, inventó la administración moderna y el derecho, no se tomaban decisiones importantes sin consultar a los augures; de que un jefe de estado del siglo XX, Adolfo Hitler, tenía un brujo al que consultaba y atendía, para desesperación de sus generales.
Pero también nos sorprenderíamos al comprobar la gran cantidad de engaños y parafernalia barata que rodea hoy en día, al mundo de la magia y de la brujería. Aceptando la existencia real de la Magia y de la Brujería, tenemos que advertir de la gran cantidad de fraudes, que existen en los tiempos que corren, en relación a ellas. Nunca nos hemos creído portadores de verdades absolutas, pero si de algo presumimos, es de los muchos años de experiencia en relación con la temática paranormal. Y podemos dar fe, que se podían contar con las manos - y nos sobrarían bastantes dedos - a los auténticos magos o brujos que se han cruzado en nuestro camino.
Una nota positiva para terminar. Las brujas de nuestros días, ya nada tienen que ver con las haraposas, sucias, feas y con nariz ganchuda - verruga incluida - brujas que se habían inmortalizado a través de los cuentos. Lo cual nos alegra, ya que así, por lo menos, nos resulta mucho más fácil relacionarnos con dicho mundo. Por tal razón, el mundo de la brujería, ha perdido aquel contenido siniestro que siempre tuvo. Ya no huimos de ellas. Y más de una vez, me he sentido encantado al estar tomando una cerveza con alguna hermosa "brujita", hablando de conjuros, hechizos y encantamientos. ¡Vamos, como si cualquier cosa!. ¡Hay que ver¡, estos tiempos ya no son lo que eran.
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